Es sábado, queridas y queridos lectores, como saben este tunde-máquinas se reunirá con las y los amigos para brindar por ustedes, en esta ocasión con una fría agua de cebada, para celebrar a Bad Bunny por sus 10 galardones en los premios Billboard, ¿habrá influenciado que es el cantante favorito de Barack Obama?
¿Dichos galardones serán la razón por la cual en Morelos, se escuche a toda hora la canción “Yo perreo sola”?, ya que ante los comentarios del gobernadorsito Cuauhtémoc Blanco, sobre su derecho a jugar golf, en lugar de ponerse a trabajar, está claro que las y los morelenses están solos y sin gobernador.
Por su parte, aseguran los vecinos de la alcaldía Miguel Hidalgo, que, al pasar por la calle contigua al domicilio de Felipe Calderón, a lo lejos se puede escuchar “Yeah-yeah-yeah-eh-yeah, una noche más y copas de más, tú no me dejas en paz, de mi mente no te vas”, de la tonada Yonaguni de Bad Bunny, por aquello que se rumora sobre el gusto del panista por echarse una copita (de más).
De igual forma, otra tonada que puede oírse a lo lejos del inmueble ubicado en Insurgentes Nte, #59, es “Yo perreo sola”, debido a que el dirigente del PRI, Alejandrito Moreno, se ha adueñado del PRI, empecinándose en ser candidato a la Presidencia para el 24, algo parecido a Roberto Madrazo ¿o no?, con base en lo que afirma Don Miguel Cantón Zetina, en “A vuelo de pájaro”.
Quizás, no sería mala idea, que Alito, siguiese el ejemplo de la Canciller alemana Angela Merkel, y opte por concluir su mandato, lo antes posible.
Sin duda, quien debe ser un fiel admirador del rapero puertorriqueño es Don Quique Peña Nieto, y sobre todo de la melodía “Callaíta”, pues ante el silencio mantenido en su sexenio sobre los 250 MDD que Genarito García Luna se robó, todo parece apuntar que el priísta optó por quedarse “callaíto”.
POST-IT Quién seguramente recordó que es de los mejores catedráticos en la Facultad de Derecho, ha de ver sido Santiago Nieto, ante los desatinados comentarios del senador Armando Guadiana, para que la UIF, investigue a la UNAM. ¡En qué cabeza cabe!