Hace una semana en la Organización Naciones Unidas (ONU), destacaron que los sistemas de saneamiento deficientes arruinan vidas, ponen en riesgo a más de cuatro mil millones de personas en el mundo y cargan a los sistemas de salud con enfermedades prevenibles, así lo expresó la secretaria general adjunta de Naciones Unidas, Amina Mohammed, en conmemoración a el Día Mundial del Inodoro.
Muchos se preguntarán que como es posible que haya un día dedicado a esa pieza y lo cierto que ese invento necesario después de idas y venidas, y calles llenas de caca, el inodoro moderno llegó en 1597, o sea a finales del siglo XVI.
La falta de un saneamiento seguro, compromete la seguridad y la dignidad de millones de personas, saca a las niños de las escuelas y afecta a millones de mujeres, apuntó.
A diferencia de muchos de los complejos desafíos que enfrentamos, ese es un problema que puede resolverse y cada dólar invertido en ello ofrece cinco veces más beneficios económicos, destacó la alta representante de la ONU.
Si continúa el ritmo actual de progreso, el saneamiento para todos se convertirá en una realidad en algún momento del siglo XXII, consideró.
Alcanzar el objetivo de Desarrollo Sostenible sobre el acceso al agua limpia y saneamiento, significa proporcionar baños básicos para casi mil 700 millones de personas y servicios de recolección y tratamiento de desechos para más del doble de esa cantidad, recalcó.
Hago este preámbulo porque tan solo el Caribe mexicano hay cientos de colonias irregulares carentes de las necesidades básicas como drenaje y baños; que conllevan al daño del manto freático y también la contaminación de cenotes; eso sin meterme en el tema de los hoteles donde algunos como se han denunciado en reiteradas ocasiones burlan las normas de saneamiento.
Las medidas que toma el gobierno en ese sentido son a cuentagotas, y se necesita celeridad, no es posible que el siglo XXI y pasado ya varios años de la invención de retrete, existan comunidades sin tener esta calidad de vida.
La ONU pidió inversión urgente y masiva en ese sentido, así como la innovación, a lo largo de toda la “cadena de saneamiento”, desde los baños hasta el transporte, recolección y tratamiento de los desechos. Por cada dólar invertido en inodoros y saneamiento se devuelven hasta cinco dólares en costos médicos ahorrados, mejor salud, mayor productividad, educación y empleos.
De acuerdo con cifras de la ONU, una de cada dos personas en el mundo no tiene acceso a un baño adecuado, pero saque usted sus propias conclusiones, punto y final.