Voces

Mara Lezama despierta al elefante blanco

Por León Company

Mara Lezama despierta al elefante blanco

Por años, ese edificio quedó varado en el tiempo: un elefante blanco de concreto que observaba mudo el ir y venir de los cancunenses, como si su mera presencia recordara que la corrupción puede dejar cicatrices que tardan décadas en cerrarse.

Fue concebido bajo la administración de Roberto Borge, un gobernador que hoy está en la cárcel por los desvíos millonarios cometidos mientras se prometía desarrollo y prosperidad.

Esa mole imponente nunca cumplió su propósito original.

Se levantó con el discurso de la modernidad administrativa, pero en realidad sirvió como coartada perfecta para inflar contratos, desviar recursos y seguir alimentando la maquinaria del saqueo que marcó a Quintana Roo en aquellos años.

Cada peso invertido en esa estructura que terminó vacía y abandonada representó una oportunidad robada a quienes necesitaban hospitales, escuelas y espacios públicos dignos.

Por eso, la decisión de la gobernadora Mara Lezama de rescatar y reactivar ese inmueble es un acto de reivindicación histórica.

Despertar al elefante blanco no es solo darle un uso funcional: es demostrar que el patrimonio público no puede quedar secuestrado por la memoria del abuso.

Advertisement. Scroll to continue reading.
[adsforwp id="243463"]

El lugar que simbolizó el exceso y el desprecio por la gente ahora tendrá un destino distinto, con un sentido social y comunitario que le devuelva su valor legítimo.

Este anuncio llega en un momento clave.

Cancún crece a un ritmo vertiginoso y sus habitantes merecen espacios que estén a su altura, no monumentos al desfalco.

Transformar un cascarón de la corrupción en un centro que funcione para la sociedad es también una manera de honrar la memoria colectiva y dejar claro que nunca más se tolerará que unos cuantos se enriquezcan a costa de todos.

La cárcel de Roberto Borge es el recordatorio de que el abuso tiene consecuencias.

Pero no basta con encerrar a los responsables: hay que reconstruir lo que destruyeron.

Porque la corrupción no solo desfalca cuentas públicas, también roba confianza y esperanza.

Y cada vez que una obra inconclusa se recupera para el servicio de la gente, se da un paso hacia la reconciliación entre gobierno y ciudadanía.

Advertisement. Scroll to continue reading.
[adsforwp id="243463"]

Mara Lezama ha dicho que la Cuarta Transformación es, ante todo, un compromiso con la honestidad.

Este rescate del elefante blanco es prueba de ello: un mensaje firme de que el pasado oscuro no tiene por qué condenar el futuro.

Revivir este espacio es apostar por la dignidad, por la memoria y por el derecho que tiene cada cancunense de ver que su ciudad crece con transparencia.

Porque al final, ninguna obra debería existir solo para engordar bolsillos de políticos corruptos.

Hoy, ese edificio despierta con un nuevo propósito, y con ello, también despierta la certeza de que el cambio verdadero sí es posible

Publicado por
Javier