CANCÚN, Quintana Roo.- Es una realidad que las instituciones educativas están trabajando en el impulso al emprendimiento detectando a los jóvenes con espíritu emprendedor para canalizarlos a las instancias correspondientes para formalizar su modelo de negocio; sin embargo, no todas las universidades cuentan con incubadoras o aceleradoras.
Son pocas las universidades que tienen incubadoras de negocios, para brindar apoyo a los jóvenes y población en general con deseos de emprender y salir adelante, algunas tienen alianzas con otras instituciones para orientar a sus alumnos.
El Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), también ofrece asesoría e impulso al emprendimiento mediante sus programas y los vinculan con instituciones bancarias para la búsqueda de financiamiento para los proyectos, aunque algunos jóvenes se resisten, toda vez que lo que menos quieren es adquirir una deuda, cuando apenas están iniciando un negocio.
Las universidades también están trabajando en modificaciones en cuanto al concepto de las incubadoras, ahora están dando un nuevo enfoque y en los planteles donde no existe esa figura como tal, hay un área determinada con profesores especializados en el tema que brindan toda la orientación necesaria a los jóvenes.
En el caso del Instituto Tecnológico de Cancún (ITC) cuenta con el Centro de Incubación e Innovación Empresarial, donde se brinda consejería, consultoría y capacitación para los emprendedores, ya que cada uno avanza a su ritmo y no bajo un esquema estricto de una incubadora de negocios donde se trabaja en grupo alrededor de 4 ó 6 meses.
El subdirector de planeación y vinculación del Tecnológico de Cancún, Jorge Antonio Solís Peniche, informó que es más productivo este concepto que viene de Estados Unidos, y que en dicho país ha dado buenos resultados en los últimos 35 años.
Dijo que el personal encargado del centro recibe capacitación de forma constante de parte de los especialistas de los Centros de San Antonio, Texas, para que los consejeros tengan todas las herramientas para guiar a los estudiantes emprendedores partiendo con el estudio de mercado hasta llegar al plan de negocios y bajo el modelo Canvas, que es el más reciente y efectivo.
Señaló que los 10 profesores capacitados para la consejería son de diversas áreas como finanzas y mercadotecnia, entre otros, y dependiendo de la necesidad del emprendedor se canaliza al especialista; el centro no sólo es para los estudiantes, está abierto al público en general, por ello dependencias de gobierno e organizaciones han canalizado a emprendedores para ser orientados.
Al año atienden a 12 emprendedores en promedio desde los que llegan sólo con una idea de negocios hasta los que ya están establecidos y requieren el apoyo de expertos para consolidarse, donde incluso los invitan a integrarse al mercado formal; cuando un proyecto no es viable y lo detectan a tiempo también lo califican como un caso de éxito, toda vez que la persona no pierde sus recursos ni tiempo.
Destacó que llegan emprendedores con modelos de negocios de todos los giros y uno de los sectores que está teniendo mucho auge es el tecnológico, por ello si requieren de asesoría especializada, al tener alianzas con otras universidades e instancias, recurren a ellos para dar un mejor servicio a los usuarios del centro.
Otra de las instituciones que trabaja en ese rubro de forma constante al ser una de sus prioridades, es la Universidad Anáhuac, con el Centro Integral de Desarrollo de Emprendedores (Cidea), que un periodo de 2 años ha analizado 120 proyectos de los estudiantes, de los cuales 12 casos han sido de éxito.
Debido a que los modelos de negocios están alineados a los sectores estratégicos para el desarrollo de la entidad como servicios turísticos, tecnología, servicios médicos y agroindustrial, al ser también las áreas que impulsa el Inadem.
El Cidea funciona como incubadora de negocios y aceleradora, donde se orienta a los estudiantes desde el momento que tienen la idea hasta desarrollar el modelo de negocio y su implementación, por lo que están comprometidos con el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas entre la población juvenil. (Angélica Pool/ Unisymás)