A raíz del homicidio presuntamente orquestado por el crimen organizado a Isaías Capeline en la ciudad de Cancún, me lleva a pensar en la idea de que el próximo gabinete estatal debe tener, entre otros aspectos, un perfil profesional ad hoc.  Si bien el contar con el perfil no es determinante para el buen ejercicio del cargo, en ciertas áreas sí lo es.  La administración estatal que dejará Roberto Borge tiene en su gabinete a 16 servidores públicos titulares de una dependencia.  De ellos la mitad no cuentan con el perfil profesional para el ejercicio del cargo y cito algunas muy importantes y que llaman la atención: el encargado de la política interna del estado (Secretaría de Gobierno) es técnico en turismo; un Ingeniero Civil se encarga de generar políticas en materia de desarrollo económico y; un abogado (presuntamente) es responsable de planificar la política de desarrollo urbano y vivienda.

No digo con esto que los titulares de las Secretarías del gobierno estatal no cuenten con la capacidad, puede que sí.  Pero, ¿no es lo idóneo tener a un urbanista haciendo las políticas en materia de vivienda?  Pero el asunto no termina ahí.  Dos de los cargos más importantes del estado son ocupados por persona sin un perfil: un empresario del sector de la construcción es responsable de la seguridad pública y un ingeniero electromecánico se encarga de manejar la política t urística.  Lo anterior debe ser un aprendizaje para que el próximo gabinete cuente con los perfiles adecuados, o por lo menos demostrar experiencia.