Con la renuncia ya cantada desde hace tiempo del fiscal Arturo Álvarez Escalera, no sólo se asestó un duro golpe al llamado “paquete de impunidad” del ex gobernador Roberto Borge, quien intentó blindarse antes de dejar el poder; sino que además obliga al gobierno de Carlos Joaquín González, ahora sí a capturar al ex mandatario para que rinda cuentas ante la justicia.
Hasta ahora, las acusaciones del gobernador contra su antecesor han sido ciertamente tímidas, en comparación a toda la furia que dejó ver durante su campaña e incluso momentos antes de rendir protesta.
Pero ahora, al lograr la renuncia de Álvarez Escalera, conocido como alfil del ex gobernador, no existirá motivo ni pretexto alguno para hacer uso de los sabuesos e ir a la caza de Borge Angulo y de todos aquellos ex funcionarios que se extralimitaron en sus funciones y en su voracidad económica.
Joaquín González prometió ante los medios de circulación y transmisión nacionales que antes de que termine este año lloverán sobre el ex mandatario una veintena de denuncias, es decir, que quien sea el próximo Fiscal tendrá trabajo de sobra al empezar el 2017.
Veremos si esta advertencia del gobernador se hace realidad o se lo dijo a Chana para que lo oiga Juana, y entonces se logra lo que muchos han pronosticado desde hace semanas, es decir, la graciosa huida del chonchito ex mandatario.
Muchos le apuestan a que pronto en Quintana Roo “rodarán cabezas” de ex funcionarios estatales; sin embargo también hay quienes afirman que si en realidad Joaquín González quisiera aplicar la ley, ya lo hubiera hecho y varios ya dormirían tras las rejas.
Lo cierto es que ya renunció el fiscal del Estado y a partir del 2017 se verá de qué lado masca la iguana.