Si bien la mayoría de nosotros hemos crecido en entornos culturales repletos de tabúes alrededor de la sexualidad, lo cierto es que las exigencias contemporáneas demandan que países y sociedades hayamos resuelto un prejuicio tan básico como lo es la homofobia. México es una sociedad basada intensamente en la familia al grado de ser la única institución en que se confía colectivamente y a la que el avance de las agendas LGBT amenaza desde su concepción tradicional evidenciando que ya no es esa forma conservadora la única para que se pueda vivir en convivencia.
Si bien la homosexualidad siempre ha existido, resalta que hace dos décadas que se destipificó lo que aseguraba ser antinatural y enfermedad mental, por lo que hoy se vuelve sorprendente que a muchas personas y autoridades les continúe generando conflicto que exista la homosexualidad.
Esta semana en muchas partes del planeta habrá actos, eventos, marchas, discursos y simulaciones de autoridades de gobierno que recordaran que el 17 de mayo de 1991 la homosexualidad fue desestimada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud como un trastorno, y seguro reconocerán que en nuestro país la homofobia y los crímenes de odio han comenzado a dejar de existir, pese a que reconocimiento, muchos homosexuales seguirán callando su condición y sobrellevando en la intimidad su derecho a ser feliz y vivir su condición por temor a enfrentar posibles repercusiones.
En México, según la Primera Encuesta sobre Homofobia y el mundo laboral organizada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en 2014, uno de cada tres homosexuales sufre discriminación en el trabajo ya que el 35% compartió el sentirse hostigados por serlo y el 42% no podia expresar su condición sin sentir miedo a posibles represalias de sus jefes.
Tengamos presente estimados lectores que en Latinoamérica, México es el segundo país después de Brasil en asesinatos homofóbicos donde el desdén a los homosexuales siempre muta a que se perpetren crímenes por odios irracionales. De acuerdo a la Organización civil Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana, de 1995 a 2016 se registraron 1,310 asesinatos, de ellos 1,021 fueron hombres, 265 mujeres trans y 24 mujeres biológicas, y donde de cada 10 crímenes 3 fueron en jóvenes entre 18 y 29 años y 27 en menores de edad.