Una de las características de los comicios llevados a cabo este domingo en cuatro estados del país fue el hecho de que ni bien acababan de cerrar las casillas ya todos los candidatos estaban declarándose ganadores.
En Coahuila, Nayarit, Veracruz y el Estado de México tanto el Partido Acción Nacional como el Revolucionario Institucional salieron en punto de las 18:00 horas a asegurar que la victoria les había favorecido.
Específicamente en el Estado de México se prevé un cierre de fotografía con una diferencia de tan solo dos puntos entre la candidata de Morena, Delfina Gómez y el abanderado del PRI, Alfredo del Mazo. Este último fue el primero en salir a declararse ganador, un movimiento muy osado dada la mínima diferencia entre él y la maestra.
¿Pero qué nos dice esta elección de cómo será el 2018 electoralmente? Dos cosas muy importantes: en primer lugar, que el nombre de AMLO sigue pesando para jalar votos en favor de un candidato y que las elecciones de estado ya se acabaron.
Lo demostró en Quintana Roo Carlos Joaquín en 2016, cuando pese a tener en contra todo el aparato gubernamental y con toda la guerra sucia se alzó con el triunfo; ahora el primo del propio presidente de la república está al borde de la derrota.
También habría que ver cómo afectará el inminente triunfo de Delfina Gómez en el Estado de México la elección presidencial en 2018. ¿Fue este una especie de experimento de lo que serán los comicios del año próximo? Un triunfo en Edomex sería una inyección de ánimo muy importante para los militantes de Morena, quienes ya ven a López Obrador en la silla presidencial.
¿Y en Quintana Roo? Pues aquí falta mucho por definir, empezando por quiénes se pondrán la camiseta de Morena para el próximo proceso electoral. Ahora parece que todos le apuestan a la carta de AMLO y al empuje que su figura le dará a todos aquellos que se presenten como candidatos bajo sus siglas.
Las mesuradas declaraciones del líder de Morena en Quintana Roo, José Luis Pech, nos dan a entender que él no tiene la última decisión y que será López Obrador quien palomeará a los candidatos y candidatas que disputarán las diputaciones federales, senadurías y presidencias municipales.
Tendremos que esperar al próximo 2 de julio cuando López Obrador visite Cancún para saber quiénes serán los ungidos; pero cuidado, porque el tener la bendición de AMLO no garantiza el triunfo y confiarse solamente en eso será un gran error.
Deberán de ser candidatos -amén de su origen- que salgan a ganarse la confianza ciudadana y con una trayectoria intachable, no vayan a salirme más “Evas Cadena” a Andrés Manuel en Quintana Roo.