La tarde del martes en Cancún como como la madrugada del lunes en Playa del Carmen convirtió a los principales destinos turísticos de México en una zona de guerra con lamentable pérdida de vidas humanas y heridos de distinta consideración.

Después de los cobardes actos criminales en la disco Blue Parrot, corolario inevitable del festival de música electrónica del BPM, donde corre la droga y metanfetaminas de manera corriente deben dejar de celebrarse en el ámbito ciudadano por los excesos que esto presupone.

El fallido intento de copamiento de la Fiscalía General de Estado en Cancún y del C 4 en Benito Juárez, fue otra muestra del pánico ciudadano ante la difusión en redes sociales de enfrentamientos en distintos puntos de la ciudad, que muestra la ausencia del Estado ante una sociedad atemorizada por la balcanización del territorio estatal de parte de grupos criminales.

Que importante hubiera sido la presencia del gobernador Carlos Joaquín en los sitios donde se originaron estos brutales actos criminales. Que importante hubiese sido, también, que diese un mensaje en el lugar de los hechos, con la espontaneidad e indignación que merecen estos bárbaros acontecimientos, como la indignación que manifestamos todos los ciudadanos.

Un mensaje grabado, conciso, de no más de tres minutos no ayuda para que un mandatario demuestre liderazgo y control de daños. Personalmente viví los acontecimientos de la víspera en Cancún. Mujeres al borde de un ataque de histeria, niños corriendo gritando y hombres asustados tirados al piso o guarecidos en algún negocio es la imagen caótica grabada en mi retina. Estamos en estado de indefensión ciudadana, necesitamos de un estado presente que garantice la seguridad ciudadana y no, mensajes que no cree nadie.
Ningún político puede mostrarse dubitativo o con temor ante acontecimientos como estos, porque ello significaría un virtual fortalecimiento de sus adversarios. Es una situación de difícil manejo y previsibilidad, pero el equipo que asesora al gobernador en materia de imagen y acción política es incapaz de hilar un mensaje creíble que lleve tranquilidad a la población.

Se mantiene la tendencia Municipios pequeños como Isla Mujeres y Puerto Morales gobernados por políticos jóvenes como Juan Carrillo Soberanis y Laura Fernández Piña se están convirtiendo en los ejemplos a seguir por los grandes conglomerados municipales de la Riviera Maya.

Con recursos y presupuesto escasos y con poco más del 8 por ciento del potencial de Benito Juárez y Solidaridad, Isla Mujeres y Puerto Morelos llevan la delantera en gestión a los restantes enclaves municipales del Estado.