¡QUÉ VUELTAS dan los sexenios! Enrique Peña Nieto inició su gobierno a tambor batiente con el Pacto por México, con un amplio respaldo que incluía a los líderes de la oposición. Ahora, pese que le faltan dos largos años a su mandato, nomás no pudo sentar en la mesa a todos los actores sociales para la firma de un pacto económico de emergencia.
INCLUSIVE, la redacción original del documento ostentaba la firma del propio Presidente como principal protagonista; acompañado por la de todos los líderes empresariales y sindicales; así como los funcionarios del gabinete.
ANTE el rechazo de la Coparmex para firmar un pacto que calificó como “improvisado”, Peña quedó como mero “testigo de honor” y quienes estamparon su rúbrica fueron Ildefonso Guajardo, Alfonso Navarrete y José Antonio Meade; así como el cetemista Carlos Aceves y por la iniciativa privada sólo Juan Pablo Castañón.
LA COSA está en que, de pacto en pacto, desde los tiempos de Miguel de la Madrid, la fórmula se ha desgastado. Y la falta de medidas concretas y realizables, y no sólo buenos deseos, en nada ayuda a generar credibilidad.
DE AHÍ QUE el gobierno federal, pese a los esfuerzos, sigue atrapado entre las protestas contra el gasolinazo y la incapacidad de convencer a la población de lo inevitable de la medida.
POR CIERTO que por parte de los gobernadores, tampoco se vieron muchas ganas de entrarle al fondo del asunto. El nuevoleonés Jaime Rodríguez presentó un paquete de propuestas en la reunión de Conago… y le hicieron el vacío.
ENTRE los planteamientos de “El Bronco” estaba tumbarle al gasto en Comunicación Social, desaparecer el financiamiento a los partidos, bajar el IEPS y eliminar el IVA a la gasolina.
DESPUÉS de cinco horas de discusiones, los gobernadores desecharon las propuestas de su colega de Nuevo León… pero tampoco lograron acuerdo alguno. Dicen que lo que más les asustó fue dejar sin recursos a sus partidos. El único que se sumó a la idea fue el chihuahuense Javier Corral.