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Violencia y ciudadanía

Quintana Roo vive desde hace años una crisis sin precedentes que ha afectado de manera grave a su ciudadanía con hechos de violencia, asesinatos, ejecuciones y balaceras que lamentablemente se agudizan con los actuales gobiernos a falta de cumplimiento de compromisos que ambos ejecutivos hicieron al tomar protesta para otorgar paz y tranquilidad en toda la geografía del estado.

Es de todos conocido que desde hace más de 15 años nuestro estado es utilizado como centro de operaciones de grupos delictivos del crimen organizado y ha sido también por las recientes detenciones de peces gordos, refugio de jefes del narcotráfico quienes en este paraíso fiscal blanqueaban junto a empresarios enormes capitales con los que se daba y se sigue dejando la puerta abierta a la entrada de droga para un consumo local y para distribución por aire, mar y tierra a otros estados y países, ante la omisión y complicidad de autoridades estatales y municipales.

Desde hace un par de años Cancún comenzó a catalogarse como uno de los estados donde la violencia no se visibilizaba pero que iba en aumento, hoy desde el inicio de este año, el semáforo delictivo ha posicionado a Quintana Roo como primer lugar en ejecuciones (homicidios), con un incremento del 169 por ciento en cuanto a ejecuciones (homicidios) provenientes de grupos de la delincuencia organizada, habiéndose logrado con ello convertir la mayor parte de los municipios, en territorios de luchas descarnadas entre diversos cárteles bajo la impunidad y complicidad de gobiernos que en su momento vendieron la plaza dejando hacer y pasar a estos cárteles de la droga el administrar el narcotráfico y no combatirlo. Omisión que de acuerdo a datos oficiales que reflejan medios informativos, contabilizan hasta el pasado domingo, 130 homicidios dolosos entre embolsados, descuartizados, mutilados y baleados que comenzaron a suceder en estas administraciones y que al horror de todos estos registros habrá que agregar el asesinato el día de ayer de un menor de dos balazos en la cabeza.

Estará de acuerdo estimado lector que la gobernabilidad parece ser algo que en Quintana Roo se está perdiendo cada vez más por factores que van desde la incapacidad e inacción de los “poderes” para ejercer sus funciones, hasta la desconfianza de nosotros los ciudadanos en nuestras autoridades. Si los gobiernos municipales son las células de nuestro sistema y quienes deben ser de manera obligada los de proporcionarnos seguridad y de construir canales alternativos de legitimidad, la violencia no sedera si impulsan estrategias que busquen resolver los problemas sociales y económicos que alimentan el tráfico de drogas y no solo combatir directamente a los cárteles.

Publicado por
Redacción Quintana Roo