El secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, puso el dedo en la llaga y la preocupación que existe en el Gobierno Federal por temas de inseguridad en destinos de esta entidad, y dijo que el homicidio de una argentina en Playa del Carmen y el linchamiento de un ruso en Cancún “sí afectan la imagen turística en el extranjero”.
México atraviesa desde hace años (en concreto desde que el ex presidente Felipe Calderón declaró la guerra a la delincuencia organizada) por una crisis de violencia e inseguridad histórica, pero en el caso de Cancún, esta situación lleva ocho meses, en los que han corrido ríos de sangre en las calles de la ciudad, sin poder abatir el grave problema.
Los destino turísticos no viven sólo de sus bellezas naturales y de la hospitalidad en los hoteles, sino que tienen por obligación el garantizar la seguridad a sus visitantes, por lo que su imagen es de vital importancia.
Cada vez que surge una noticia de violencia en Cancún y otros destinos de la entidad, y ésta recorre el mundo, son millones de dólares los que se pierden en promocionar zonas que, a la postre, se ven como riesgosas para los turistas.
De nada sirve que los altos funcionarios aparezcan bien vestidos y sonrientes en las principales ferias turísticas mundiales, si son incapaces de hacer frente a la inseguridad, a la violencia que persiste en la entidad.
Cómo pedir a los mayoristas, a los touroperadores que promocionen a Cancún en el extranjero, si la primer pregunta y preocupación será la inseguridad.
Dicen los enterados que esta es la principal causa de la proliferación de hoteles “todo incluido”, en donde se ofrece al turista el traslado del aeropuerto al centro de hospedaje y de ahí el regreso a la terminal aérea, sugiriendo que no salgan para evitar la inseguridad.
Los turistas así se van, sin conocer México y con los gastos desde su lugar de origen.