Al fin, parece que ahora sí la flecha va derecha contra el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, sobre quien ha arreciado la andanada de acusaciones, luego de que el sonorense, Guillermo Padrés, se encuentra ya tras las rejas y de la persecución ordenada por la PGR contra el veracruzano, Javier Duarte.
Sin embargo, resulta evidente que la luz verde contra Borge Angulo no viene de una decisión de su sucesor, Carlos Joaquín, sino que la señal de avance es dictada desde Bucareli por instrucción de Los Pinos.
Y es que en un país en el que impera el presidencialismo, al más puro estilo del siglo pasado, no puede ocurrir de otra manera.
Los excesos, los abusos, el saqueo y demás linduras del ex gobernador Borge e incluso de su antecesor Félix González, fueron evidentes y hasta escandalosos, por lo que el hoy mandatario no tuvo más que juntar pruebas para presentarlas al Presidente, a fin de que sea él quien tome la decisión del futuro de quien quizá también ya huyó.
Por ello es que medios nacionales de pronto retomaron el caso Borge, encabezados por Televisa, y se alistan para acometer contra el ex gobernador, a la par que el gobierno del estado ofreció una conferencia en la Ciudad de México –y no en Quintana Roo- para informar sobre las primeras denuncias formales del Gobierno del Estado por la irregular venta de inmensas extensiones de terrenos en la entidad.
Así pues, que a nadie extrañe que esta entidad muy pronto recuperará el nada halagador liderato de ex mandatarios en prisión, con dos.
Es lamentable que aún haya gobernadores, alcaldes, y hasta presidentes que no entienden que los tiempos han cambiado, que ya son observados con lupa y que su voracidad puede ser pagada con cárcel.