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Urge la intervención federal

Otra vez Quintana Roo es blanco de las miradas en todo el país, y no precisamente por sus bellezas naturales ni por su elevada afluencia turística, sino por su inigualable forma de hacer política, política de rancho, política caciquil. Qué triste y qué vergüenza, ¡carajo!

Pero desde hace ya mucho tiempo se veía venir algo así, porque el poder no se puede mantener por siempre, no al menos en este país, y el enfrentamiento entre grupos ya era muy evidente hasta ahora que estalló.

Y la situación se tornó peor aún cuando gana un grupo no sólo antagónico al que está incrustado en el poder, sino que ambos están confrontados desde hace ya algunos años y se da el choque de trenes de poder a poder, incluso anteponiendo el orgullo y la dignidad.

El problema se agrava cuando está de por medio la sociedad, una población que está dispuesta a tomar partido y a rifársela a costa de todo, pues está enardecida, se siente agraviada y no tolera lo que siente como abuso e incluso como burla.

Aquí ya no se trata de un problema de partidos políticos, sino más bien de personalidades.

Un amplio sector de la sociedad, especialmente al sur del  estado, quiere que se llegue hasta las últimas consecuencias y no aceptará nada a cambio, ni siquiera si la decisión proviniera de su líder.

Es evidente que esto ya se salió de las manos y es hora de poner orden, de manera urgente y tajante, en el que intervenga el gobierno federal a través de la Secretaría de Gobierno.

Se debe hacer algo, antes de que la sangre llegue al río, por el bien del estado, de su gente y de sus imagen.

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Publicado por
Redacción Quintana Roo