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Trump, César de caricatura

Llegado al límite de la ridiculez amenazante respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el declinante Donald Trump ha colocado al arrinconado equipo mexicano de negociaciones en una situación tragicómica: mantenerse en los “trabajos” formales que el jefe máximo de la parte estadunidense patea grotescamente en Twitter, aparentando que los “diálogos” se producen en una situación de normalidad y no en el marco de la locura ejecutiva instalada en la Casa Blanca.

Bien podría ocuparse centralmente el susodicho Trump de hechos graves e inmediatos: la zona metropolitana de Houston (la cuarta ciudad más poblada del vecino país) anegada como nunca y con población necesitada de más ayuda (¿mensajes del señor Cambio Climático a la oficina del rubio negacionista?) y el cielo japonés cruzado por un misil disparado por Corea del Norte, por dar dos ejemplos, pero el despechado que quiso ser amante de los negocios a la mexicana (en su etapa de inversionista, no como político) pareciera solo tener ojos para México: obsesivo, envenenado, abusivo y sin contraparte válida. La nación en tiempos de Peña Nieto.
Trump, el César de caricatura, ha advertido que es mejor iniciar el proceso de retiro de Estados Unidos de las negociaciones del TLC, que se reanudarán en los días inmediatos. Es evidente que trata de golpear a la economía mexicana y obligar a México a concesiones extremas, con tal de “salvar” el Tratado en mención. A ese amago añadió su cantaleta preferida: México ha de pagar el muro fronterizo, haiga de ser como haiga de ser.

En México, mientras tanto, el secretario de Hacienda nos asegura que todo pinta para bien, aunque las cosas parezcan mal: el precandidato presidencial “independiente” (que podría terminar como distractor del movimiento realmente deseado por la futura encuesta personal del dedo de Peña, la del niño Nuño) hace saber que, a pesar de recortes presupuestales e insuficiencias económicas para 2018, ¿qué creen, santos inocentes?: “en términos generales” el país va en la dirección correcta, pues el año entrante se mantendrá la “estabilidad” económica y se conservará la “sensibilidad” en lo social. Eso sí, la oda de José Antonio Meade Kuribreña reconoce que, en todo caso, harán falta más velocidad y contundencia en las “variables” económicas.

Pero, de que México está bien, no hay que dudar. Bueno, en realidad, México está mejor que antes (los críticos latosos, a los que ningún producto picante les embona, dirán que estamos “menos peor que antes”). Que se solacen esos inconformes por consigna con los nuevos y bellos datos proporcionados por el muy autónomo Instituto Nacional de Esadística y Geografía, popularmente conocido como INEGI, en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH).

Con una oportunidad que nada tiene que ver con la elaboración de las tarjetas que en teleprompter leerá Enrique Peña Nieto al otro día de su quinto informe de labores, dicho INEGI, a través de la ENIGH, nos hace saber que las cosas no están tan mal como han parecido. Lo que ha sucedido es que se medían de manera distinta y, ahora, se han utilizado métodos que confirman lo que ya proclaman con aire complacido tanto Peña Nieto como el citado Meade Kuribreña.

Tres votos, por su parte, buscan los exploradores camarales del PRI y del Verde para redondear la cifra mágica de votos que permitirán imponer a Raúl Cervantes Andrade, cuasi carnal de Peña Nieto, como fiscal faccioso por nueve años (para más datos, y contexto, el Astillero de este lunes: “Cervantes: guardaespaldas transexenal”, https://goo.gl/CaCfYg ).

Habilidosos, los mandos priistas habrán de encontrar la manera que en el poder legislativo se consigan esos tres votos, o se ajusten cifras mediante ausencias concertadas de algunos “opositores”. Instalar a Cervantes Andrade es fundamental para que continúe el sistema de impunidad que da cohesión a la clase política actual. Con ese priista en la Fiscalía General de la Nación, que sustituirá a la Procuraduría General de la República, para darle más “autonomía”, el peñismo tendrá, por un sexenio y medio, garantía de manipulación y control del sistema de investigación y búsqueda de castigo por delitos federales.
Insólito ejemplo del triunfo de un ciudadano independiente de partidos, sin rebasar los reducidos márgenes del gasto de campaña establecido, el joven Pedro Kumamoto (diputado de mayoría por un distrito local de Zapopan, en la zona metropolitana de Guadalajara) ha logrado que una iniciativa por él impulsada haya sido confirmada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para así condicionar la asignación de recursos a una nueva fórmula que descansa sustancialmente en la votación recibida por cada partido.
La confirmación en el máximo tribunal del país, por siete votos contra cuatro, significa un paso adelante en la búsqueda de reducir el escandaloso gasto de México en materia de partidos y elecciones. La misma propuesta jalisciense ha sido presentada para que pueda aplicarse a nivel nacional.
Astillas: Consejeros del Instituto Nacional Electoral buscan la manera de pedir que Gobernación intervenga para frenar la intervención en política de la Arquidiócesis de México (Norberto Rivera, pues).

Esos consejeros aseguran que la instancia religiosa viola el principio de laicidad. ¿A qué santo se encomendará Osorio Chong para no perder indulgencias rumbo a 2018?… Ricardo Monreal le pide a Morena que haya transparencia, autocrítica y enmienda respecto al proceso que designó a Claudia Sheinbaum como virtual candidata a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México… Décadas atrás, todo se suspendía u opacaba en materia política, desde semanas atrás, para dar marco dominante al informe presidencial. Ahora, el opacado es ese informe, que se entregará al Congreso de la Unión el próximo viernes… ¡Hasta mañana!

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Publicado por
Redacción Quintana Roo