En México, país donde durante más de 80 años se conjugaron de forma constante y a la vista de todos, los verbos: corromper, robar, disimular, mentir, violar, oprimir, y se vivió una doble moral en las esferas más “privilegiadas” de la sociedad. El que se inicie un proceso de transición, una cuarta transformación, como lo hace llamar el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, (AMLO) tiene a muchos, pero en verdad ¡muchos! Con los cabellos de punta.
Y no es para menos, se les acabó su minita de oro, ahora somos todos observados y se pide, se exhorta por AMLO, a que todos nos portemos bien. Libre interpretación queda para cada ciudadano, la que le dé a – portarse bien-
Para AMLO y este nuevo gobierno, portarse bien, es, entre otras cosas, ser concordante entre lo que se hace con lo que dice, no mentir, no robar, no traicionar al pueblo.
En una de sus conferencias matutinas con la prensa, se dio información alarmante, sobre la cantidad de dinero que dejó de ingresar a la federación por el robo de hidrocarburos. Tema del que sistemas políticos anteriores, hablaban, citaban públicamente, más nunca actuaron para frenarlo.
Con la participación de 15 dependencias, el Gobierno de México implementa el Plan Conjunto para Combatir el Robo de Hidrocarburos, delito para el que no habrá tolerancia y que será considerado como grave, una vez que se reforme la Constitución, cuatro mil militares cuidarán las instalaciones de PEMEX, teléfono para denunciar de forma anónima: 010800 228 9660, correo electrónico: vigilante@pemex.com y 17 dependencias, que trabajarán en conjunto para atender el problema del robo de combustible.
Por supuesto que con estas acciones, y otras muchas implementadas desde el primero de diciembre del 2018, muchos, ¡muchísimos! están con los cabellos parados de punta, y muchos, ¡muchísimos más! Ya están creando una campaña para buscar que pierdan credibilidad las acciones del presidente de la República y su nueva forma de gobernar.
Sin embargo, el equipo de AMLO es sólido, él es un hombre íntegro, inteligente y capaz de encabezar la cuarta transformación, del país que Trump mira como vecino “incómodo”
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