GLORIA PALMA
La sensación electoral

Aunque la “sensación de inseguridad” es utilizada para validar las acciones del gobierno contra el crimen y achacar a la población una “sensación” que magnifica la realidad, es cierto que medimos la inseguridad por los delitos que hemos sufrido o conocido de alguna fuente cercana, principalmente los medios de comunicación.
Los medios han sido los que más han influido en la sensación de inseguridad durante los últimos años. La sobreexposición a la “nota roja” ha ido “inyectando” dosis continuas de miedo entre la población. Y el miedo, mata la esperanza.
Algo parecido sucede en este proceso electoral. Los ciudadanos hemos sido sobreexpuestos -como audiencia- a los “palomeados”, precandidatos, precampañas, divisiones, declaraciones y más, de un solo partido, el PRI, como si se tratara de una “elección de Estado” o de “partido único”.
En la última semana los medios se abocaron a la convocatoria de postulación del candidato priista a gobernador, como si se tratara del Cónclave para elegir al Papa. Y usando esa comparación, se desbocaron cuando no hubo “humo blanco” sino “negro”.
¿Qué sensación nos deja a los ciudadanos esta sobreexposición?: la subjetiva “certeza” de que el “elegido” del PRI será, sin importar la votación del 5 de junio, el próximo gobernador del estado. Han estado “inyectándonos” dosis continuas de apatía. Y en la apatía es imposible tener, mucho menos concretar, cualquier esperanza de cambio.