No es un secreto que en septiembre próximo, cuando asuma el poder el gobernador electo Carlos Joaquín y los onces nuevos presidentes municipales, la situación económica que encontrarán en el estado y municipios no será nada agradable, y tendrán que hacer maravillas para concluir el año.
En ese sentido habrá que ver la condición de dos de los principales municipios, Solidaridad y Cozumel, donde las deudas que heredarán son fuertes, pero sobre todo que los gobiernos salientes, las incrementan cada día más sin pensar en los ciudadanos que en su momento los eligieron.
Por ejemplo en el caso de Solidaridad, se aprobó hace algunos días un crédito por mil 30 millones de pesos, porque obviamente los actuales gobiernos ya están en el año de Hidalgo, más aún que los resultados electorales les fueron adversos como nunca en la historia de la entidad.
Los funcionarios municipales salientes y la mayoría de los regidores, no ven otra cosa que garantizar su futuro, sin embargo no han pensado también en que si bien a nivel estado podrían quedar blindados, el municipio recibe participaciones federales y su fiscalización es otra cosa.
A que vamos, a que fácilmente el nuevo gobierno podrá pedir una auditoria profunda a los recursos federales, con lo cual seguramente no saldrán bien librados y se les fincarían responsabilidades por el mal uso del dinero público.
Un buen número de funcionarios, tanto municipales como estatales, no aguantarán una auditoria federal, con lo cual eso de que podrían quedar blindados con las más recientes reformas realizadas por los diputados priístas y aliados, no es del todo garantía que no sean llamados a cuentas y aplicarles la ley.
Otro municipio que también no canta mal las rancheras es el de Cozumel, donde hace algunos meses se aprobó un empréstito por más de 300 millones de pesos, recurso que obviamente ya no está en las arcas municipales, pero eso sí los pagos se tienen que realizar.
Con ello la deuda que dejará Freddy Marrufo Martín, será de más de 450 millones de pesos al nuevo gobierno panista.
Tenemos también el caso de Othón P. Blanco, capital del estado, municipio que también tiene una gran deuda de casi 500 millones de pesos, sin contar los millones de pesos de deuda a proveedores, herencia al gobierno de Luis Torres Llanes.
Como se sabe, en la capital del estado, el resultado de la elección para el partido aún en el poder, el PRI, fue catastrófico y perdió los dos municipios y el bastión.