Los escenarios cambian, siempre están en movimiento, sobre todo los escenarios político-electorales. Ya hemos empezado a ver el brincadero de unos partidos a otros, previendo tal vez la supervivencia política, asegurándose un espacio en lo futuro, algunos lo han hecho con bastante anticipación y por diversos motivos, y es que el escenario de la elección de 2018 viene enmarcado en un ambiente complejo, de división, de arbitrariedad a todas luces y pulverizado, algunas de las opciones electorales solo servirán para confundir al ya de por si desorientado elector.
El CLEO, Centro Latinoamericano de Estudios de Opinión, prevé en su mas reciente estudio realizado en el estado al menos 4 grandes grupos de opciones electorales, estos estarían compuestos primeramente por los partidos políticos con registro a nivel nacional, sus procesos internos y sus acuerdos definirán a sus candidatos; un segundo grupo estará formado por aquellos partidos locales que están esperando les otorguen su registro, estos suman al menos 9 partidos; el tercer grupo esperando de igual forma conocer las nuevas reglas del juego lo forman los candidatos independientes que pudieran entrar a la contienda si las reglas lo permiten; y el cuarto grupo, y no por eso menos importante que estará inmerso en los tres anteriores y que merecen mención especial son los propios servidores públicos que actualmente ya ocupan un cargo y que buscarán su reelección.
Todo esto no augura que sea una contienda fácil, nunca lo es, aunque la división de votos siempre beneficiará a alguien, sin duda aspectos como la “persona”, la “participación” y la “igualdad de condiciones” serán factores determinantes en la búsqueda de sumar votos.