No cabe duda; los excesos administrativos de las pasadas gestiones se han convertido en un enorme lastre para los ciudadanos quintanarroenses. Resulta que nos hemos tenido que dar a la tarea de reconstruir como si se tratase de una comunidad devastada por la guerra, y no es que nos vemos en la necesidad de levantar estructuras, se trata de recomponernos social, económica y moralmente; habría que determinar qué tarea es más cuesta arriba. La procuración de justicia, la administración pública, el saneamiento hacendario, pero aún existen temas que por su gravedad, no dejan de ser urgentes.
Como el destino turístico que somos, el producto que ofertamos es, básicamente: sol, mar, servicios y playas.
En el mes de diciembre, advertimos de lo grave que se ha tornado la erosión de playas. Un desgaste superior al 70 por ciento; por si ello fuera poco, en los primeros días de diciembre llegó al 100, principalmente en la zona conocida como “El Recodo”. Hoy es Playacar el lugar que padece la erosión acelerada de sus playas.
El Quid del asunto no radica en las posturas o contradicciones entre prestadores de servicios en la zona, ciudadanos y autoridades, el punto álgido es que, en páginas como Tripadvisor.com ya existen comentarios específicos sobre los sacos de arena que la erosión ha dejado nuevamente a la vista, es decir, el turista, el personaje más importante para la economía local, reciente ya estas condiciones adversas.
Recientemente, profesionistas de la empresa Intequantum han puesto nuestra atención en una consecuencia que antes, siquiera habíamos considerado: el daño resultado de la erosión.
El director de la empresa explicó que la erosión la ocasiona un movimiento del mar en forma de tornillo que golpea permanentemente la plataforma continental. Advirtió que, en momentos como este cuando aún apreciamos en la superficie algunos metros de playa, tres o cuatro metros por debajo, la erosión es mucho más penetrante: está golpeando ya las estructuras, los cimientos de hoteles, clubes de playa, residencias y demás.
Destacamos dos cosas que son torales en este momento: 1. La recuperación de playas es un asunto impostergable y que de ninguna manera puede dejar fuera a la Riviera Maya, debido a que el costo de las consecuencias podría ser incalculable si sumamos la consecuencia estructural.
2. Dicha recuperación, no puede estar en manos de un solo responsable. En el pasado hemos visto las consecuencias de dejarlo todo en manos de la CFE, pero sobre todo, se requiere de una solución integral, es decir, de ninguna manera podemos apostar a soluciones que seis años después requieran de una nueva recuperación. Saludos!