Este mes se celebra el aniversario de Quintana Roo como Estado Libre y Soberano, en los medios un altercado ha ocupado las redes sociales y se dejó a un lado lo importante, que es hacia dónde vamos.
Debido a que resulta más atractivo los memes y comentarios al margen de una disputa entre un secretario y un polémico ex gobernador, poco se ha resaltado del mensaje del gobernador Carlos Joaquín ante el Congreso del Estado.
En el mensaje habla de unidad, de reconstrucción y de alianzas. Esto sin que sea entendido como impunidad. Sin embargo, el punto es que a un año de haber iniciado esta administración y ya habiendo sentado las bases es importante la reconciliación, pero no me refiero a la reconciliación entre actores políticos sino entre los propios ciudadanos.
Mientras los líderes partidistas que no se vieron favorecidos en las elecciones buscan realizar acuerdos y alianzas, los militantes se van llenando de odios innecesarios.
El reclamo de un progreso del sur no será posible mientras se sigan difundiendo rumores falsos, mientras el progreso se siga atando a un puesto en gobierno o compadrazgo; es preciso alentar la productividad en la iniciativa privada, que se le pida al gobierno no solo puestos para chetumaleños sino mayores canales que permitan la productividad y progreso de la capital.
He señalado que ni perdón ni olvido a quienes han saqueado esta tierra. Pero tampoco podemos tomar la justicia por cuenta propia y lincharlos o inmolarlos, dejemos eso en manos de las autoridades.
Quintana Roo cumple 43 años y hay un propósito de madurez, este es que en verdad se tenga una plena independencia en los poderes. Así se ha visto, sin embargo, en cada nombramiento del Congreso se le reclama al Ejecutivo; nos han acostumbrado tanto a esta dependencia que en lugar de exigir al gobernador que se cuide la selección de los cargos, deberíamos cuestionar en su caso a los diputados por sus decisiones y no asumir que deben seguir una instrucción.
La evolución del estado ha sido exponencial, es el principal destino turístico de sol y playa y esto pese a todos los malos manejos y la sobreexplotación que se ha tenido.
Es momento de que dejemos de pensar en un régimen de una sola persona, en donde como ciudadanos no solo señalemos sino construyamos, que no todo lo bueno ni lo mano viene del Poder Ejecutivo. Que la productividad no depende solo del Gabinete y si de la población en su conjunto cuando cada uno de nosotros cumpla lo que le corresponde.
Celebremos estos 43 años de soberanía entendiendo también que somos un Estado conformado por muchísimas culturas, dejemos atrás los nativismos innecesarios y asumamos una sociedad multicultural con orgullo.
Vale la pena escuchar de nuevo el discurso del gobernador en el Congreso y recordar que sus palabras son un compromiso con los quintanarroenses y una invitación construir juntos y no seguir dividiendo.