JULIÁN PUENTE
Julián Puente Sánchez
Y dice la Biblia…Se verán cosas peores
Desde hace algunos años el puesto de regidor era casi honorario. Y era así porque quedaba a decisión del munícipe la compensación que el mismo regidor recibía por su “trabajo”. Es decir, podías tener un sueldo mísero de 3 mil pesos quincenales pero una súper compensación de cien mil y entre ellos hay rojos, verdes, amarillos y azules.
Herederos de la cultura del privilegio, son muchos los hombres y mujeres que actualmente se disputan las candidaturas a las sindicaturas municipales y regidurías. La batalla por esos “huesos” políticos no solamente se libra en el PRI, sino que se observa en todos los partidos políticos que participan en este proceso electoral.
Como si fuesen un genuino orgullo de su nepotismo. Los palomeados no ocupan mayores cartas de identidad. Sus nombres los delatan, pues en su gran mayoría, se trata de familiares, compadres y amigos ligados a los jefes de las diversas cúpulas de los partidos políticos.
A los regidores nadie los elige. En estos tiempos son solo parte del pago de cuotas políticas. Considero que ya es momento de hacer desaparecer a los regidores y convertirlos en concejales. Esto es, que sean elegidos en zonas específicas del municipio y que se pongan a trabajar. Que se cree un consejo de la ciudad donde los concejales fueran elegidos de manera independiente.