Si tienes entre 40 y 50 años y no te has hecho un examen de colon, tal vez haya llegado la hora.
Las pautas recién actualizadas de la Sociedad Estadounidense para el Cáncer sobre las pruebas de detección de cáncer de colon y recto recomiendan que los adultos con riesgo moderado empiecen a hacerse pruebas a los 45 años en vez de a los 50, como se recomendaba anteriormente.
Las pautas se actualizaron a la luz de un aparente aumento de casos de cáncer colorrectal en adultos más jóvenes. Las personas que están en mayor riesgo son los afroestadounidenses, los nativos de Alaska y las personas con antecedentes familiares o personales de pólipos en el colon o en el recto; esta clase de factores de riesgo indican que las pruebas de detección deberían hacerse antes.
Las pautas actualizadas se publicaron el miércoles 30 de mayo en la gaceta CA: A Cancer Journal for Clinicians e indican que hay seis opciones de pruebas de detección para adultos (que van de pruebas de heces no invasivas hasta pruebas visuales como la colonoscopia), dependiendo de la preferencia del paciente y de la disponibilidad de la prueba.
Otros organismos de salud de Estados Unidos, como el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos, siguen recomendando que se hagan pruebas de detección de cáncer de colon y recto de rutina a partir de los 50 años.
El cáncer colorrectal, que incluye al cáncer de colon y al de recto, es la tercera causa de muerte por cáncer en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
En Estados Unidos, el cáncer colorrectal es la segunda causa de muerte por cáncer tanto en hombres como en mujeres, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Algunos estudios indican que los índices de mortalidad por cáncer colorrectal están aumentando entre los adultos estadounidenses menores de 55 años.
Tras disminuir en general entre 1970 y 2004, la tasa de mortalidad por cáncer colorrectal en estadounidenses de entre 20 y 54 años aumentó un 1% al año entre 2004 y 2014, según un estudio que se publicó en 2017 en la gaceta médica JAMA.
“Detrás de estas cifras hay personas reales, rostros reales; todos los que vivimos en el mundo del cáncer colorrectal, todos los gastroenterólogos y todos los oncólogos hemos visto que gente cada vez más joven desarrolla esta enfermedad”, dijo Richard Wender, director de Control de Cáncer de la Sociedad Estadounidense para el Cáncer, quien supervisó el desarrollo de las nuevas pautas.
“En el caso de personas que nacieron más recientemente, hay un riesgo cuatro veces mayor de desarrollar cáncer rectal que en personas [de la misma edad] nacidas en la década de los cincuenta, por ejemplo, y el doble del riesgo de desarrollar cáncer de colon”, señaló. “Es lo que llamamos efecto de cohorte por nacimiento. Nadie sabe claramente por qué y esa es una gran área de interés, pero nadie duda de que esté ocurriendo”.
Para el desarrollo de las nuevas pautas, los investigadores analizaron sistemáticamente los estudios publicados sobre estrategias de detección de cáncer colorrectal.
Los investigadores también encargaron un estudio de microsimulación con un modelo conocido como MISCAN, que simula la incidencia del cáncer colorrectal y su mortalidad, además de que estima los factores de riesgo y el impacto de las pruebas de detección y de las estrategias de tratamiento.
El nuevo estudio de los investigadores fue una extensión de los análisis que se llevaron a cabo para las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos; se evaluó el riesgo potencial y los beneficios de varias estrategias de detección de cáncer colorrectal en hombres y mujeres blancos y negros de Estados Unidos.
Con base en su análisis y el modelo simulado, los investigadores identificaron las estrategias eficientes en la detección a partir de los 45 años.
Estas estrategias consisten en someterse a una colonoscopia cada diez años; a una tomografía computarizada de colon o “colonoscopia virtual” cada cinco años; una sigmoidoscopia flexible cada cinco años; una prueba multiobjetivo de ADN en heces cada tres años; una prueba inmunoquímica fecal casera cada año, o una prueba de alta sensibilidad al guayacol para detectar sangre en heces cada año.
Las pautas actualizadas también indican que los costos de dichas opciones de detección varían mucho, dependiendo del seguro de gastos médicos del paciente; una prueba inmunoquímica fecal casera ronda los 30 dólares (unos 600 pesos) y una colonoscopia puede costar miles de dólares.
En un comunicado que emitió el miércoles 30 de mayo, la Red de Acción contra el Cáncer de la Sociedad Estadounidense para el Cáncer señaló que los consumidores deberían entender qué cubre su póliza de seguro individual si empiezan a hacerse pruebas a los 45 años en vez de a los 50.
“Los consumidores también deberían entender que hay muchas opciones de detección y habrá algunas que les parezcan más asequibles que otras, particularmente ante la posibilidad de tener que cubrir costos de su propio bolsillo”, según el comunicado.
Catrhyn Donaldson, portavoz de America’s Health Insurance Plans, dijo en un comunicado el miércoles 30 de mayo que “los seguros de gastos médicos cubren la mayoría de las pruebas de detección necesarias, tales como mamografías y colonoscopias; usualmente no tienen costo adicional para el paciente.
Las aseguradoras toman en cuenta las pruebas disponibles, las pautas clínicas y las recomendaciones de organismos como la Sociedad Estadounidense para el Cáncer para entender cuándo se necesitan las pruebas preventivas de detección”.
“El que necesites o no una prueba de detección dependerá de tu edad, tu historia clínica y otros factores de riesgo. Cuando un médico recomienda una prueba de detección por dichos factores de riesgo, usualmente está cubierta”, señaló la asociación, que representa a empresas que proporcionan seguros de gastos médicos y otros servicios parecidos en Estados Unidos.
Fuera del costo y la frecuencia con la que se recomienda llevar a cabo una prueba de detección, “todas estas pruebas son aproximadamente iguales en cuanto a su valor y se pueden ofrecer”, señaló Wender.
“Sabemos, gracias a los ensayos, que si ofreces una alternativa menos invasiva a una colonoscopia, más personas optarán por hacérsela, y ese es nuestro objetivo final”, dijo. “Ahora, las pruebas están absolutamente claras y no puedo dejar de enfatizar el cuidado que se puso en esto. Nos tomó dos años de trabajo encontrar un argumento y pruebas convincentes de que la detección debería empezar a los 45 años, no a los 50”.
Solo el tiempo dirá si los demás organismos de salud siguen los pasos de la Sociedad Estadounidense para el Cáncer y recomiendan que los adultos menores de 50 años se hagan las pruebas.
Las investigaciones futuras deberían arrojar luz sobre la causa del aumento del cáncer colorrectal entre estos adultos más jóvenes, dijo George Chang, director de Cirugía Colorrectal del MD Anderson Cancer Center de Houston (Estados Unidos), quien no estuvo involucrado en la actualización de las pautas.
“Las tasas actuales de detección en personas de menos de 50 años son insignificantes. Por lo tanto, hemos observado que el aumento en la incidencia no es simplemente resultado del margen de error en la detección”, dijo Chang. “Parece que es un fenómeno real”.
Chang agregó que tiene algunas ideas respecto a los factores que podrían estar detrás de este aumento, ya que “hay varias cosas que han cambiado a lo largo de las pasadas décadas y que tienen que ver con la exposición y el estilo de vida”.
“Sabemos que la obesidad está relacionada con el aumento en la incidencia de muchos tipos de cáncer, entre ellos el colorrectal, y que la epidemia de obesidad sigue siendo un problema importante y creciente en Estados Unidos. Por eso podría ser un factor relacionado”, explicó Chang.
Entre los otros factores posibles están el sedentarismo, la exposición ambiental y la dieta alta en alimentos procesados, señaló.
“Aunque no hemos identificado el factor causal, es probable que todos estos factores contribuyan con esta incidencia en aumento”, apuntó.
“Sabemos que la obesidad está relacionada con el aumento en la incidencia de muchos tipos de cáncer, entre ellos el colorrectal, y que la epidemia de obesidad sigue siendo un problema importante y creciente en Estados Unidos. Por eso podría ser un factor relacionado”, explicó Chang.
Entre los otros factores posibles están el sedentarismo, la exposición ambiental y la dieta alta en alimentos procesados, señaló.
“Aunque no hemos identificado el factor causal, es probable que todos estos factores contribuyan con esta incidencia en aumento”, apuntó.
En otro informe que publicaron el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer a finales de mayo, se destacaron las pruebas sólidas de que la actividad física y el consumo de granos integrales y alimentos ricos en fibra, además de otros hábitos saludables, pueden reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
El consumo de carne roja, carnes procesadas y bebidas alcohólicas son algunos de los factores que podrían incrementar el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
De acuerdo con Chang, todos los adultos, sin importar su edad, deberían poner atención a su cuerpo y a su funcionamiento intestinal porque son importantes para su salud en general… y es clave informarle al médico de cualquier cambio.
“Aunque seas más joven, si notas algún cambio en tu funcionamiento intestinal, en tus heces o sientes que algo no anda bien, consulta a tu médico”, dijo. “Esa es la postura de salud pública: pon atención a tus intestinos y busca atención médica si algo parece no estar bien, si hay sangre en tus heces o si tu funcionamiento intestinal cambia repentinamente”.
Nilofer Saba Azad, profesora asociada de Oncología en Johns Hopkins Medicine (Baltimore, Estados Unidos), coincide con las pautas recién actualizadas.
“Si tomas en cuenta que la gente desarrolla cáncer de colon o de recto a lo largo de muchos años, y que hay cierta progresión de no tener anormalidades a tener pólipos y luego a desarrollar cáncer, esto nos da una oportunidad real de impedir que la gente desarrolle cáncer haciendo las pruebas de detección años antes”, dijo Azad, quien no participó en la creación de las pautas.
“No solo se trata de detectar a gente más joven con cáncer, sino de detectar pólipos en personas más jóvenes que pueden extirparse al momento de hacer una colonoscopia y nunca desarrollarán cáncer. Es preventivo, no solo un diagnóstico oportuno”, dijo. Agregó que cree que los beneficios de hacerse la prueba cuando se es más joven superan a los riesgos.
Entre dichos riesgos están los falsos negativos o los falsos positivos, así como las complicaciones inusuales como la ansiedad ante las técnicas de detección más invasivas como la colonoscopia.
Sin embargo, “hay muchas formas de detectar el cáncer de colon fuera de la colonoscopia y podemos encontrar una manera, sin importar lo aprensiva que sea la persona”, dijo Azad.