Ya sabemos que cualquier referencia a la inteligencia, siquiera a la habilidad política de Remberto Estrada cae en el terreno de la fantasía, pero por la mínima prudencia debería deslindarse del enloquecido Mimenza, de ese personaje que ya entró en terrenos de agresión peligrosa.
Otro tanto tendría que hacer el senador Félix González, sobre todo después de que una de sus “seguidoras” amenazó al gobernador con la fotografía de una pistola, supuestamente lista para dispararle, si decide hacer algo contra las “autodefensas” de éste.
Ya es un tema penal.
La amenaza que subieron a Tuiter, supuestamente para “proteger” a Mimenza de cualquier acción legal en su contra, tipifica un delito.
Es grave. Si fuese contra un periodista ya tendríamos hoy cientos de voces protestando. No es la persona de Carlos Joaquín, sino la del gobernador constitucional del Estado.
Por eso tendrían, con urgencia, que deslindarse.
Proteger a delincuentes es, también, un delito.
¿Qué sucedió para que la estupidez, no hay otro calificativo, de Mimenza se convirtiese en un tema de importancia nacional?
La respuesta es muy simple, por muchos meses las noticias que se reciben de Quintana Roo están inmersas en corrupción, en delitos, en temas sensacionalista.
No importa el número de turistas que llegan anualmente, o el 7 por ciento de crecimiento económico cuando el país no llega ni a la mitad de esa cifra, o que se haya logrado revertir la inmensa quiebra financiera en tan pocos meses, lo que sobresale por razones de la misma información, es el amarillismo.
Y en ese ámbito la declaración de Mimenza sobre “autodefensas” se publicitó.
En lo personal creo que todos hemos sido muy tolerantes con sus estupideces.
Y, también, estoy cierta que la amenaza contra el gobernador no debe pasarse por alto, que es algo grave, que agravia a las instituciones, y que nos pone a todos en riesgo.
De ahí que resulte urgente el deslinde. En estos momentos apoyar a Mimenza ya no es un juego político-electoral sino una complicidad criminal.
Muchos, entre ellos Remberto y Félix, están a tiempo de hacer público su rechazo contra su incitación a la violencia.
No hacerlo los convierte en cómplices criminales.