Ahora es la policía municipal de Benito Juárez el blanco de la delincuencia organizada en Cancún. Apenas en unas cuantas horas, fue ultimado un agente y más tarde fueron heridos una comandante de la corporación un efectivo policíaco, como ya es costumbre, sin que se dé con el paradero de los agresores.
Y por supuesto que esto obliga a realizar una exhaustiva investigación al interior de la policía municipal, a fin de deslindar responsabilidades sobre estos hechos violentos.
La semana pasada fue ultimado otro agente a la entrada de su domicilio, y un día después, la persecución de la policía a roba-autos, en la que un delincuente perdió la vida y otros dos fueron capturados.
Esas bien podrían ser algunas líneas de investigación que la Fiscalía General del Estado no puede soslayar.
Lo cierto es que la tarde de ayer, dos agentes resultaron heridos por el sorpresivo ataque a balazos de individuos a bordo de motocicletas, en el cruce de las avenidas Yaxchilán y Cobá.
Horas antes, en la madrugada un agente de la policía municipal fue ultimado a balazos cuando se encontraba en el interior de una patrulla cerca de Plaza Solare
El pasado 9 de marzo, un policía municipal comisionado a la corporación de Puerto Morelos fue acribillado afuera de su domicilio en Cancún en la región 228, donde sujetos que viajaban en una motocicleta atacaron al agente.
Los ataques a los agentes municipales coinciden en que son de manera sorpresiva por hampones a bordo de vehículos (autos y motos), sin ocurrir un acto previo y sin la oportunidad de contestar a la agresión.
Al interior de la misma corporación pudieran haber muchas respuestas a estos actos en los que ha quedado claro que no son aislados y que los uniformados están en la mira.