Arriesgada apuesta la que hizo Movimiento Ciudadano en las pasadas elecciones en Quintana Roo. Por no verse atrapado en medio de una polarización que a todas luces marcaría la competencia por la gubernatura, decidió no presentar candidato al cargo. De pasada, abonó a favor de la tendencia por el cambio. El que no estorba, ayuda. Por línea nacional general se abstiene de sumarse en alianzas y coaliciones locales, por lo que optó participar con propuestas propias para el resto de los cargos. La mismas que hubieron de transitar a contracorriente sin la cobertura de un liderazgo central que las cobijara. La polarización y la ausencia de propuestas con presencia social reconocida llevó a que Movimiento Ciudadano no obtuviera los votos mínimos necesarios para mantener la representación plurinominal en el Congreso del Estado; lo mismo que para conservar representación mediante regidores en varios de los cabildos. La única excepción a esto último se presentó en el municipio de Puerto Morelos donde contará con presencia gracias a los resultados de la campaña realizada por la candidata a la presidencia municipal, Ludivina Menchaca.
Al haber obtenido menos del tres por ciento de los votos para las diputaciones, condicionados por la ley electoral, Movimiento Ciudadano habría perdido el “registro local”, lo cual en los hechos lo limita de la posibilidad de obtener prerrogativas públicas en la entidad. Pero es un partido nacional y, a pesar de la dificultad que lo anterior significa, seguramente lo veremos reactivando en las elección federales del 2018.