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Pato y chivo

Pocas veces, por no decir ninguno, el inicio de un nuevo año había sido tan pesimista como el actual. De acuerdo a lo observado, fueron más las familias confundidas sobre qué esperar a lo largo de los próximos doce meses, sobre todo por el pesimismo financiero y la seguridad de que nuestro superior gobierno no parece preparado para superar los inevitables golpes del exterior. Nada puede hacerse, desde aquí, para frenar la caída del peso frente al dólar ni la del petróleo cuyos precios son regulados por el mercado internacional, incluyendo a los esquiroles del Medio Oriente dispuestos a vender millones de barriles ofertándolos como en un mercado invernal.

Estos dos factores, sin duda, marcarán los derroteros de las semanas y meses por venir y para los cuales los sabios economistas no están preparados ni fueron previsores. Prefirieron discursar sobre el optimismo basado en la grandeza del país y no sobre el alud que se precipita, sin remedio, sobre una endeble economía que ya ni siquiera puede decirse resistente con las reservas internacionales del Banco de México despegando… hacia abajo. Pareciera cosa del demonio y, en ocasiones, percibo que estamos en tiempos de males provocados oficiosamente por los engendros de la política partidista tan desprestigiada.

No sé cuántas veces cité en el ciclo pasado la fusión perversa del presidencialismo asfixiante y la partidocracia chantajista, para muchos la nueva forma de hacer política aun cuando con ello se deje a los gobernados en estado de indefensión frente a los repetidos y permanentes abusos de la clase político resumidos en dos palabras: corrupción e impunidad.

Durante las últimas semanas, en diversas entidades del país –Sinaloa, Morelos, Michoacán, Tamaulipas, Veracruz, Zacatecas, entre otras–, la multiplicación de la violencia fue como un avance de cuanto puede esperarse para las jornadas venideras en ausencia de controles, no sólo de los grupos armados del Estado sino incluso de los gobernadores y del mando federal.

Publicado por
Redacción Quintana Roo