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No más del círculo vicioso

El estado más joven de la República mexicana ha heredado los vicios más viejos de la política nacional, los usos y costumbres de la vieja clase política y las más aberrantes prácticas del poder heredadas de los viejos priístas a los bebesaurios  que hoy nos gobiernan Quintana Roo.

Las alianzas pragmáticas entre el Verde, el PRI y el Panal, no significa más que el rescatar votos dispersos por la actual ley de partidos. Asunto que claramente no lo ha entendido la izquierda, la pulverización del voto da saldo a favor del PRI y sus alianzas, y en cambio deja en la orilla muchos posibles triunfos de la izquierda.

Sin embargo, en Quintana Roo, la ruptura del PRI, una ruptura entre el poder y la dignidad, dan esperanza a un contundente triunfo de la Alianza PRD-PAN, con la figura de Carlos Joaquín González. Miembro de una familia ilustre que dio vida a Cozumel, encabezado por un líder de calidad moral, Don Nassim Joaquín Ibarra.

Pero por qué justificar y aplaudir una alianza entre la derecha y la izquierda partidaria, encabezada por un  hombre que pertenece a una familia priísta de hueso colorado… por eso, porque el gobierno estatal actual tiene hartos  a los priístas. A la clase empresarial y a la clase trabajadora. No se diga de los artistas en toda la extensión de la palabra, al periodismo en general – aún a los chayoteros- , a los trabajadores agrarios y a los defensores de derechos ecológicos y humanos.  Quintana Roo, ya no aguanta más a los bebesaurios que de política solo saben la sumisión.

Quintana Roo necesita romper con ese círculo vicioso que lo lleva a tener los estándares más despreciables de calidad de vida, desarrollo y justicia. Quintana Roo debe pensar en el turismo sí, pero también en el campo, debe fortalecer el mundo editorial, pero también la libertad de prensa, debe de generar diálogo entre todos los actores políticos, pero no sumisión, debe pensar en los grandes espectáculos, pero también en la cultura popular. Debe ser una ventana de oportunidades para la inversión extranjera, pero también debe ser una puerta grande para el desarrollo local. Quintana Roo debe dejar de ser el paraíso del suicida para ser la tierra de la alegría.

El calor agobia al medio día, las crisis económicas nos agobian, por las mañanas nos agobia el tránsito y las deudas, en la tarde noche la inseguridad y la impunidad, la violación de derechos humanos, la corrupción y el crimen. Por eso los actuales gobernantes se debe de ir, necesitamos refrescar al futuro, debemos soñar con una mejor calidad de vida y una relación justa entre todos nosotros, quintana Roo y su gente se merece un traje hecho a la medida, con amor a los seres humanos.

Publicado por
Redacción Quintana Roo