A diferencia de muchos otros países, en México la población de 60 años o más es un sector social y económicamente vulnerable; se estima que cerca del 47% vive en pobreza, y entre 20 y 30 % sufre violencia física, psicológica, económica o abandono, según datos que emite la UNAM.
Para 2050, la esperanza de vida de los mexicanos será de 85 u 86 años; aunque el hecho de vivir más, no implica que la calidad sea mejor. Desafortunadamente, el entorno y contexto de las personas de la tercera edad en la república mexicana no es favorable. Cerca del 8.9% de la población –unos 10 millones de personas– son ancianos, pero en el 2050 representarán casi el 30%.
Aunque en los últimos años se ha invertido en organismos gubernamentales y no gubernamentales para su atención, no es insuficiente dado el tamaño de esa población tan vulnerable.
La necesidad ha llevado a las personas de 60 años o más, a ubicarse en empleos con jornadas incompletas, así como en trabajos que exceden las 48 horas semanales, con una remuneración mínima. Lo que lleva a insistir, en la importancia de trabajar en la cultura del envejecimiento, de lo contrario, prevalecerá el problema.
La vejez no es una enfermedad, ya que todos, por naturaleza, pasamos por esta etapa; aunque la fuerza física disminuye, los ancianos no son frágiles, están dotados de una gran riqueza de aprendizajes, gracias a su experiencia. Se requiere avanzar en el respeto de sus derechos humanos, relacionados con su cuidado y no abandono, así como la prevención de la violencia; es un sector de la población que necesita motivación, confianza y autoestima.
El maltrato a los adultos mayores es un problema de salud pública que afecta a casi dos de cada diez personas mayores de 60 años en el país. Gran problema le será heredado a Andrés Manuel López Obrador.
Todos vamos para allá, al tiempo…
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