Suegras, cuñadas, amigas, hermanos, comadres, vecinas, todas, quiero agradecer de todo corazón a quienes se acordaron y se tomaron la molestia de felicitarme en mi cumpleaños, pese a que a mí ya no me gusta cumplir más años, y por eso me he propuesto cumplir menos cada 26 de septiembre.
En verdad que esas muestras de afecto hacen sentir a la persona que no está sola, que tiene gente que la acompaña en el diario trajinar por la vida, en las buenas y en las malas, porque eso sí quiero presumir que cuento con muchos amigos, con muchos a los que trato seguido de saludar, de ver, de platicar y de reír.
En fin, lo cierto es que la pasé muy bien, en compañía de gente cercana, platicando, cotorreando y hasta neceando, para hacer más agradable el momento, lo que nos hizo reír a todos en un breve convivio.
Al menos eso me hizo olvidar el momento de desconcierto que paso, al igual a como muchos quintanarroenses, entre una administración a otra y ver la forma en que actuará el nuevo gobierno de Carlos Joaquín González.
Por el momento yo he optado por poner en práctica mi paciencia, respirar hondo y esperar; tomar pluma y papel para anotar todo lo que observo, es decir, yo por ahora me mantengo como el chinito: “nomás milando”.
Ya nombró a su gabinete, y de inmediato hubo quienes calificaron a estos nuevos funcionarios, aún sin haber movido un dedo.
Yo creo que lo mejor esperar y no criticar ni denostar, pero tampoco echar las campanas al vuelo…yo observo, con pluma y papel, pero especialmente con mucha paciencia, porque llegará el momento, eso sí, de dar mi punto de visa con fundamento, a fin de brindar a mis muchos lectores la oportunidad de informarse y formarse una opinión.