Suegras, cuñadas y comadres. Quisiera ser muy puntual en una serie de aclaraciones, producto de mi decisión de retornar a casa, al PRI, partido del que tuve un desapego, producto de la soberbia que mantuvo durante años, al saber que era el partido hegemónico en la entidad, y que en mucho tiempo no escuchó a nadie, bajo la creencia de que todos querían pedirle algo, en una actitud muy similar a la que mantiene el hoy gobierno PRD-PAN.

Por eso fue que decidí salir de sus filas durante años, porque nunca fuimos escuchados quienes en verdad queremos servir a la gente, con proyectos bien estructurados y viables que favorecerán en especial a los sectores vulnerables.

En el panorama actual, me atreví a tocar las puertas del dirigente estatal, Raymundo King de la Rosa, quien me recibió y escuchó una serie de propuestas que de inmediato las hizo suyas y me pidió encabezar una cartera de vinculación con la sociedad.

Esa es mi meta, y si logro que las voces de la sociedad empiecen a hacer eco dentro del PRI para llevarlas a los municipios, a empresarios y al Congreso, por supuesto que retorno a casa, orgullosa y con gusto.

Así fue que decidió entregarme ese encargo, e ipso facto inicié con reuniones con sectores involucrados en cuestiones como la atención a niños con cáncer, con problemas psiquiátricos, con una serie de problemas que no podemos soslayar y que lamentablemente no tienen el servicio requerido.

Quintana Roo no sólo es turismo ni vida en el paraíso. Esta entidad, como cualquier otra, tiene graves padecimientos que hasta ahora sólo han recibido puertas cerradas y visto la espalda de los funcionarios.

Es hora de sensibilizarnos y entrarle, porque sino entonces estaremos dejando a las próximas generaciones una sociedad enferma, vacía, hueca.