Si José Antonio de la Vega ofreció impedir que Manuel Andrade presida la Junta de Coordinación Política -ha recuperado mucho terreno, desde que dos veces rechazó la invitación de Núñez para sumársele en campaña-, el propio ex gobernador le acaba de dar una extraordinaria oportunidad para lograrlo.
En medio del rumor de que Pepetoño compra diputados para alcanzar una mayoría que le permita seguir como líder, MAD declaró que si algún legislador de su partido dimite para irse a las tribus, él renunciará a la coordinación.
Significaría que al arrancar en unos días el segundo año de la LXII Legislatura, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) conduciría pero no con él.
Bueno… suponiendo -con extendida fama de mitómano- que su palabra mantenga algo de crédito.
El autor de la falacia de que el Edén fue “el mejor lugar para vivir” en su quinquenio, esbozó su salida en caso de que la diputada Leticia Hernández Calderón deje al PRI.
Más fácil no la podía tener Pepetoño: basta con que convenza a alguien de la bancada tricolor tan sólo de que se declare independiente, para que Andrade abandone la coordinación y el chance de llevar la Junta.
Sólo que con pura lengua, porque ¡jura y perjura! que no compra a nadie.
El ex titular (sin brillo) de Transportes no da la impresión de disponerse a cumplir el acuerdo de coordinadores plasmado en minuta al principio de la Legislatura (liderazgo rotatorio), a juzgar por el video en que anuncia que la próxima semana se definirá quién guiará a la Cámara.
¿Medirá a Manuel Andrade con la misma vara -¡puro chile!- con que el Gordo medía a los perredistas?