Asombrosamente el registro que del PIB (Producto Interno Bruto) se ha patentado para este primer trimestre del año en curso, ha sido maravilloso. México se ha mantenido incluso más allá de las expectativas establecidas de crecimiento. El Ilustrísimo expresaba, que pese a los pronósticos nefastos, que con la llegada del señor Trump se podrían tener en materia económica, los efectos han sido muy relevantes y positivos.
Ciertamente hay un factor que influyó, y fue el de unirnos bajo el lema de comprar con el código 750 que enmarcan a los productos nacionales, ya que lo “Hecho en México, está bien hecho”, ha demostrado que sí lo es. Seguramente las decisiones que muchas familias se plantearon, así como empresarios de invertir en lo nuestro, se han visto reflejadas en las cifras expuestas. Debemos sentirnos orgullosos de tales resultados. Bien por los empresarios, bien por los trabajadores; estas noticias generan una necesidad de cambio. Actuemos por y favor de la Nación, podemos demostrar aún más solidaridad, sin embargo, éste éxito nos debe llevar a replantearnos acerca de la equidad en el reparto de la riqueza, ya que así como miles o millones de mexicanos han contribuido a un crecimiento nacional, los parámetros de equidad entre los trabajadores debería de ser más justo, más equilibrado y menos egoísta.
Finalmente, uno de los objetivos de todo gobierno, es abatir los niveles de pobreza y esto se logra cuando las leyes laborales, pueden ser aplicadas con la rigidez que apruebe que las familias gocen de beneficios, que permita que continúen fortaleciendo la economía nacional. Empresarios, piensen en elevar ahora, los salarios de manera digna.