Nuevamente, los que supuestamente representan los intereses de la población, acaban por apuñalar a quienes en las urnas depositamos la confianza para que nos protejan, representen y apoyen desde el poder legislativo, y encontrar equilibrio y beneficio en la sociedad en general.
El jueves pasado, se publicó en el Periódico Oficial del Estado (POE) le Ley de Asentamientos Humanos, la cual favorece en toda la extensión de la palabra a las constructoras de viviendas, mismas que podrán edificar “pajareras” para aprovechar más sus espacios y por ende obtener todavía más ganancias de las que ya acumulan en la actualidad. Sobre todo en ciudades que en los últimos años son de las de mayor crecimiento demográfico en Quintana Roo, como lo son Playa del Carmen y Cancún; éste último por ejemplo ocupa el primer lugar en desarrollo inmobiliario del país, los bienes raíces siguen disparados desde hace años consolidándose como uno de los mercados más importantes.
Para comprender mejor esta nueva sandez de los legisladores, déjeme comentarle que en la anterior ley (artículo 14 fracción III) indicaba que los lotes de fraccionamientos urbanos de tipo popular o interés social, no podían tener un frente menor a 7.20 metros, ni una superficie menor a 110 metros cuadrados.
Hoy, con la nueva “ley pajarera”, que oficialmente se le denomina “de acciones urbanísticas” los lotes podrán tener solamente 6 metros de frente y una superficie mínima de 108 metros cuadrados; sin duda una irracionalidad, una bestialidad más de quienes lamentablemente nos representan en el congreso.
Estos imbéciles, o por lo menos los que la aprobaron, no tienen ni la más remota idea de lo que es vivir en dimensiones reducidas como las que palomearon. Lo que hicieron estos diputados, que por cierto no lo hicieron de forma incluyente, minimizando a la población al no haber hecho alguna consulta pública.