Una de las razones principales por las que algunos expertos opinan que se debe llamar Industria de Reuniones y no Turismo de Reuniones, es precisamente las exposiciones. Son estos eventos de carácter comercial, donde diferentes ramas de la industria como la zapatera, ferretera, de transporte, de alimentos, etc. exhiben sus productos sea ante los compradores o distribuidores mayoristas o ante el público en general.
Estos eventos significan si, que se ocupen cuartos de hotel de los expositores, que requieren de medios de transporte para llegar y que generan una derrama en servicios como restaurantes y taxis durante su estancia. Esto digamos es el aspecto turístico de la exposición.
Sin embargo, se requieren una cantidad de servicios no turísticos en mayor cuantía como bodegas, contenedores, agentes aduanales, servicios de montaje y desmontaje, conferencias, presentaciones, sesiones de información o discusión.
Se realizan lanzamientos de productos nuevos, reuniones de las asociaciones involucradas. Servicios de decoración, construcción de stands, edecanes, impresión de materiales diversos, a veces servicios de traducción.
Se firman contratos o se renuevan. Se firman convenios de apoyo a la industria.
Hay sesiones educativas para distribuidores, clientes, público en general y estudiantes.
Generalmente las autoridades relacionadas son del giro de Desarrollo Económico y no de Turismo. Y esa es la razón de pugnar por llamarle Industria de Reuniones porque pese a generar una actividad turística, la relevancia económica sobrepasa el ámbito de los servicios turísticos.
Una exposición de la industria de la construcción, o automotriz, o aeronáutica, representa una actividad económica por su interacción con diversas ramas como la llantera, del acero, electrónica, peletera, de plástico y de autopartes que mueve una gran cantidad de empresas relacionadas que al participar requieren de muchos servicios diversos y contribuyen de manera muy amplia generando ingresos en las ciudades donde se celebran. Es tarea de los responsables de mercadotecnia del destino, determinar su capacidad para atender los requerimientos de este tipo de eventos antes de entrar a la batalla por conseguir ser la sede de ellos.