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La renuncia de Pech

Comadres, suegras y cuñadas. Me niego rotundamente a aceptar lo que está sucediendo en Cancún. No soporto la idea que quienes vivimos en esta ciudad debamos acostumbrarnos a que corran ríos de sangre a diario por las calles. Tampoco quiero perder mi capacidad de asombro ni mi exigencia a las autoridades de que actúen, porque esa es su responsabilidad, su obligación.

Lo ocurrido ayer en Cancún, donde un grupo de sicarios atacó un bar en la avenida Náder con Cobá, a unos metros de la entrada a la Zona Hotelera y a unos pasos del Palacio Municipal, con un saldo de tres personas muertas y dos lesionadas, no sólo causa miedo por la violencia, sino también por el turismo, el trabajo y por supuesto nuestra familia.

Cancún está a punto, como lo dijera el Peje, de irse al despeñadero, de que el turista decida dejar de venir, de que ser arruine la principal actividad económica del estado, de que la gente se quede sin su empleo, sin el sustento para su familia, de que nuestro patrimonio se convierta en ceniza y Cancún…en una ciudad fantasma.

Por eso, desde aquí, desde mi trinchera, me atrevo a exigir la renuncia, primero, del fiscal Miguel Angel Pech Cen, por su probada ineptitud, por no dar resultados, al no haber aprehendido a un solo homicida en lo que va del año, año –por cierto- más violento en la historia de la entidad y por mucho.

Es momento de solicitar que el Fiscal se haga a un lado y traer a un verdadero investigador de mano dura, a un funcionario que ponga orden en la Fiscalía General del Estado para que ésta cumpla con su función.

Es hora de que toda aquella autoridad, sea quien sea, a la que le haya quedado grande el traje, que se retire del cargo de manera inmediata. Es tiempo de limpiar la casa.

Publicado por
Redacción Quintana Roo