A lo largo de nuestras vidas encontramos un porcentaje elevado de personas incapaces de desenvolverse en la sociedad, con carencias que les obligan a generar mecanismos poco aceptables. Encontramos políticos que no pueden hablar ni dialogar, hombres abusadores, mujeres violentas y niños sin competencias sociales necesarias para lograr una mejor sociedad; un círculo vicioso difícil de romper y que una Reforma Educativa como la actual no logrará cambiar.
Hemos mencionado ya uno de los objetivos de la escuela, el segundo sería el relacionado con las capacidades de análisis. La escuela no debe ser un centro de memorización de datos sin embargo, muchos docentes consideran que si, y el punto es otro, es que los chicos deberían de aprender a resolver situaciones donde el análisis fuese fundamental. Es diferente cuestionar: ¿Quién tocó las campanas? A preguntar: ¿Por qué se tocaron las campanas? En esta segunda entran en juego la causalidad y las posibles consecuencias como parte de un análisis deductivo o inductivo y este punto es el otro objetivo de la escuela.
La Reforma Educativa se puso a elaborar un listado de competencias que todo docente debe manejar sin importar si sabe aplicar el mecanismo que llevará a otro nivel a sus alumnos.
Por ello, no debe sorprendernos que diariamente encontremos en nuestra sociedad cientos de personas con pensamientos llenos de hoyos intelectuales, incapaces de decidir, exigir y hacer cosas de manera consciente. Lo probable es que los responsables de la Reforma no poseen estos objetivos y ese es el problema aunado a otros más.
¿Conoce a alguien que carezca de inteligencia emocional y análisis?