Muchos son los chicos que abandonan las aulas a temprana edad, los factores son múltiples y difíciles de solucionar, quedando al garete. Por eso cuando encontramos personas que tienen problemas para socializar, para dialogar, para relacionarse, para llegar a acuerdos, etc., nos debemos preguntar: ¿Cuál es el verdadero objetivo de la escuela? ¿Por qué es importante que los chicos asistan?
Uno de los objetivos principales de la escuela es precisamente este, el de ser formadora siendo entonces la gran labor de todo docente la de: enseñar a los chicos a saber cuándo intervenir en las relaciones dentro del aula, a poder guiar a los chicos para saber trabajar en equipo, a saber escuchar a sus compañeros, a llegar a acuerdos, a controlar sus impulsos, a respetar a sus compañeros sean del sexo que sean, a respetar a las chicas y entender las diferencias entre ellos, a enseñarles a dialogar para llegar a acuerdos, en esencia es enseñarles la llamada inteligencia emocional.
Muchos docentes no son capaces de lograr desarrollar en los chicos estas competencias por simples razones primero, están más enfocados en cubrir un programa extenso y segundo, porque a veces ni ellos mismos entienden las inteligencias emocionales y por tanto incapaces de enseñar lo que no se conoce pues nadie se los enseñó.
Y entonces debemos de preguntarnos: ¿Será que por esto la sociedad tiene tantos problemas? ¿Realmente la Reforma Educativa no tiene idea de hacia dónde debe dirigirse? ¿Será que muchos políticos no aprendieron sobre inteligencia emocional y por ello erran cada vez que quieren hacer cambios en materia educativa?
Y este no es el único objetivo.