En esta supuesta Reforma energética la palabra privatización debería de estar eliminada ya que según el Ilustrísimo señor presidente no existe tal cosa, para las pequeñas y diminutas mentes de los mexicanos es imposible entender este proceso sin el condimento de privatización. En declaraciones del Eminente Peña: “…se trata de una reforma práctica que permita introducir tecnología, con la que hoy no cuenta Pemex, y acelerar el crecimiento de la explotación de nuestros recursos energéticos para bajar el costo de la electricidad de las familias mexicanas y de las empresas, para tener así un sector energético más dinámico”.

Es bien sabido que el dinero que generaba en sus mejores momentos PEMEX iba a parar a manos de corruptos entre ellos Romero Deschamps – hoy honorable senador -, quien vivó una vida de francachela descarada a costa de un hidrocarburo que la Madre Tierra no aventó en nuestras tierras. Obvió que jamás se podría modernizar una industria tan importante pues a nadie de los seudo-políticos le interesó, ya que no era de ellos ni de nadie.

Por lo que nuestra realidad hoy y siempre es tal cual la famosa película La Ley de Herodes, donde los de a pie traicionan a su gente en cuanto logran encumbrarse y donde las leyes las hace el que es el  mandamás, pese a ello hay un sector comprometido con la Patria, que desde su particular trinchera suele luchar y gritar y berrear ante tantos atropellos y todos podemos contribuir a que esta tergiversada privatización no privatizada no sea tan fácil para los detractores de nuestro país. ¿Cómo hacerlo?

Hay escépticos que dudan de que la unión haga la fuerza. ¿Usted cree eso?