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La llamada puerta falsa

El índice de suicidios en el estado ha crecido en los últimos años, sobre todo en menores de edad y jóvenes que por problemas familiares, escolares o de amores deciden escapar por la llamada “Puerta Falsa”. A un suicida no se le puede etiquetar, pues no es posible establecer comunes en su estudio. Sin embargo, se han identificado condiciones mentales, físicas o socio demográficos que hacen a una persona vulnerable, sin la atención adecuada y a tiempo. Casi 1 millón de personas anualmente intentan suicidarse, y la Organización Mundial de la Salud dice que la depresión afecta más de 350 millones de personas en el mundo, o sea un 5 por ciento de la población. Por eso, alguien a nuestro lado puede estar sufriendo de depresión y no nos damos cuenta. Los que no soportan los pensamientos negativos recurren a las drogas o al alcohol, con la esperanza de que puedan sentirse mejor u olvidarse de “los problemas”. Los jóvenes que en México encabezan la estadística del suicidio, ven dificultades para, en primer lugar, cumplir con su rol de asistir a la escuela, de colaborar con la economía familiar en núcleos necesitados y, por tanto, plantearse objetivos a corto y largo plazo. Caen en adicciones y en un mal uso de su tiempo libre. A las mujeres maduras y con hijos, es común detectarles problemas de violencia familiar, falta de comunicación con los hijos o infidelidad. La situación del suicidio en adolescentes es un fenómeno en aumento a nivel mundial, pues cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que para el 2015 se presentó  como la segunda tasa más alta de muerte para este grupo de población, con 15 suicidios por cada 100 mil personas de 15 a 19 años; para la región de América esta cifra es de 6.6 por cada 100 mil adolescentes.

Publicado por
Redacción Quintana Roo