Las más grandes e increíbles expectativas, casi capaz de cambiar todo en Quintana Roo con el simple hecho de levantar el brazo y decir “sí protesto”, un mago tan grande como el ilusionista David Copperfield o más bien un genio como Harry Potter y su barita mágica, es lo que se ha creado la ciudadanía en torno a su gobernador electo, Carlos Joaquín González.
Pero ¿qué será lo que espera él de la sociedad quintanarroense?
Carlos Joaquín González espera de la ciudadanía una mayor madurez, que sepa bien que no va a poder cambiar todo en un tris y que tampoco es Santa Claus para traer regalos a la carta ni canciones como en la hora de las complacencias.
La realidad, y eso lo sabe toda la sociedad local, Carlos Joaquín se enfrentará a un panorama adverso, muy difícil, pues de entrada se topará con un quebranto financiero monumental, con una deuda de 22 mil millones de pesos a la que le tendrá que hacer frente.
Sin duda, todos los sectores como los empresarios, los burócratas, los taxistas, los pescadores, los campesinos, los periodistas, los adultos mayores, en fin…todos le tienen lista su cartita, como los niños la hacen a los reyes magos.
Y todos quieren que se les cumplan sus deseos y los compromisos fijados por el hoy gobernador electo. Sin embargo es necesario que quepa la prudencia, la madurez de la gente y que sepa que el cumplir cada uno de las promesas requiere tiempo, dinero y esfuerzo.
Está claro, entonces, que algunos compromisos tardarán más que otros, que algunas promesas costarán más dinero y que se requerirá más esfuerzo en unos casos especiales.
Madurez, entusiasmo y trabajo es lo que requiere el próximo gobernador de su gente para salir avante. El que piense lo contrario, se topará con pared.