Muchas personas criticamos a los políticos, muchas estamos cansadas de sus mismos discursos pero, muchas otras no; les siguen a donde vayan, les apoyan de manera incondicional, les ayudan a llevar más gente a su redil, colocan pancartas, reparten volantes y evocan los colores de su caudillo-partido a todas voces. Estas personas muchas veces lo hacen de manera convencida y otras, por que recibirán una pequeña paga cada semana por sus útiles servicios, pero lo más interesante es que mucha de esa gente que están con ellos en estos procesos de candidatura a elecciones, después expresan pestes de cada uno de los políticos.

Tenemos que ser muy cuidadosos de realizar actividades que estén relacionadas con la política, de participar en acciones que beneficiaran o perjudicarán a toda una población, a todo un país y muchas veces al mundo. La política debería ser utilizada para el bien común pero de eso poco se tiene, hoy sabemos que los políticos toman decisiones en base a factores internacionales que establecen las normas a seguirse y ellos las acatan favoreciéndose de manera personal, sin importar el pueblo al que representan y quienes contribuyen a esta causa, son responsables también de lo mal o bien que pueda suceder en un trienio o sexenio. Así es, pues “tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata”. ¿Qué tal si fuéramos conscientes?