Después de perder 7 gubernaturas este año, de la renuncia “irrevocable” de Manlio Fabio Beltrones y de la última encuesta nacional que sitúa al Presidente Enrique Peña con un 63 por ciento de rechazo, el PRI no encuentra el camino de regreso al triunfo o cuando menos a la percepción de que puede ganar las elecciones de 2018.

Le urge encontrar una fórmula que le de esa percepción y que con ella llegue la esperanza a los políticos que militamos en ese partido, porque los últimos acontecimientos nacionales, son enmarcadores de una derrota anticipada, ya que se le  han desinflado las mejores cartas nacionales y el desgaste del Gobierno Federal es más que continuo, el penúltimo fue el originado por la soberbia y pocas tablas del secretario de educación y el ultimo es el nominar a Enrique Ochoa, director de la CFE y yerno del director de TV Azteca, como “candidato de unidad” para presidir el CEN del PRI.

Únicamente hay que ver las redes y saber que los priistas no salimos de nuestro asombro al conocer por primera vez que Ochoa es priista y que nos va a “dirigir”, cuando lo que necesitamos hoy es un dirigente que abra las expectativas, que tenga liderazgo y que no tenga como mayor virtud el grupo que lo arropa, eso no hace a un hombre político y mucho menos líder.

Nuestro país y en especial nuestro Presidente enfrenta verdaderos retos, que siempre creímos que estaban considerados en los altos riesgos de los que se hablaban en los primeros dos años del sexenio Peñista, cuando se decía que los riesgos se conocían y que las reformas iban porque eran la panacea, porque cambiaban nuestra historia y estaban considerados los temas de recomposición y sobre todo de cuidar el tejido político partidista y de gobierno, hoy sabemos que no fue así, que no se tuvo la capacidad de recomponer, de encauzar y sobre todo de convencer que el rumbo es el correcto, no hubo plan que permitiera cuidar la imagen del presidente y mucho menos de su gobierno.

El tema corrupción corrió como reguero de pólvora, fue mermando la capacidad de convencimiento y ha terminado por dominar todos los temas buenos y malos que han tenido que armar o rearmar los “estrategas” en los pinos, el único que en esos casos brillaba, lo mandaron a la SEP y ahí le pego y muy fuerte el principio de Peter. 

Ojala que se repiense la decisión y uno de los pre como Miguel Ángel Osorio, tome el riesgo y contra los consejos de sus cercanos, vaya a construir su candidatura desde la dirigencia del PRI.