En esta última semana la sociedad mexicana ha suspendido sus labores cotidianas para unirse a una causa en común: apoyar a las víctimas de los terremotos. Los medios de comunicación y redes sociales se han volcado en dar cuenta de la solidaridad de los mexicanos.
Este último sismo ocurrido el 19 de septiembre y en medio del desastre dicho fenómeno hermana a la sociedad mexicana, a las Fuerzas Armadas, a los gremios, y a las clases sociales sin distinción.
Fue sorprendente la ayuda en estos dos días a un grado que las propias autoridades tuvieron que decir que no eran necesarios más voluntarios ya que eran suficientes. La ayuda de otro tipo no se hizo esperar pues palas, picos, material de curación y un sin número de insumos fueron enviados sin descanso, mismos que con seguridad poco a poco se van a ir distribuyendo no solo a la CDMX sino a las zonas más apartadas.
Es en estos momentos es cuando vemos lo que en realidad significa una democracia como una forma de vida, sobreponer el interés colectivo al personal y ser solidarios pues no solo es un término de elecciones ya que sí todos los días actuáramos de esta manera en todos los temas que nos afectan como: violencia de género, combate a la corrupción, cuidado ambiental, civismo tendríamos una democracia perfecta.
Sin embargo, como en todo evento de este tipo existen las manifestaciones que de tanto repetirse se convierten en afirmaciones aún sin fundamento y que van creciendo y es precisamente lo que hace que se forme nuevamente un descontento social. Me refiero al tema específico de destinar los recursos de los partidos políticos a los damnificados.
Se habla de 12 mil millones de pesos, pero no se hacen muchas aclaraciones, este recurso incluye también a los servidores públicos que se contrata de manera eventual, serán elecciones concurrentes en las cuales se incluye material y por supuesto la partida presupuestal a los partidos políticos la cual ya fue asignada.
Las leyes en materia electoral y el desvió de recursos, así como la participación de la iniciativa privada han sido un tópico para avanzar en un sufragio confiable. Es por ello que no se permite que se aporte más allá del 10% del monto autorizado como tope para impedir que los grandes capitales influyan en las decisiones.
Se determina que los recursos deben ser aplicados específicamente al objetivo que en este caso son las campañas electorales, de no ser así constituye un delito.
Sí, es un delito pues la ley no contempla casos fortuitos.
Han salido algunos actores políticos que sabiendo esto han anunciado que aún contrario a un Estado de Derecho quieren hacerlo y destinarlo, con este acto se configura un delito y al ser denunciado y perseguido se convierte en víctima y mártir a quien trasgrede la ley.
Al margen de estos hechos las voces del pueblo deben ser escuchadas, el bien común debe prevalecer, es prioridad la reconstrucción y ayuda a los damnificados. Deben solicitar a la Tesorería de la Federación que disponga del financiamiento, es decir que no se les entregue y sea la federación quien lo distribuya de manera equitativa de tal suerte que a todos les toque lo mismo pero con el recorte correspondiente.
Pero debemos evitar que se utilice la tragedia como estrategia política. Esto es que no sean los partidos los que decidan qué porcentaje donar porque entonces caeríamos en lo mismo, el partido “X” anunciaría en posición solidaria donar recursos de su campaña y con este acto estaría haciendo campaña.
Debe reasignarse los recursos salvaguardando otros rubros que deben garantizar una elección limpia. Pero no solo ahí puede hacerse un ahorro, podemos pedir que se elimine por este año el estímulo fiscal del ISR que se destina a la industria del cine, suprimir algunos festivales o tal vez pedir que se aplique (al fin) el impuesto que pagamos por bebidas azucaradas y que debe ser destinado a hacer llegar agua potable a las zonas más alejadas, o que se reduzcan al 50% las partidas para las bancadas en la Cámara, en resumen es momento de exigirle a nuestros Diputados que redistribuyan el recurso y además que nos den cuenta de ello.
Una democracia efectiva tiene como una de sus bases la información, cuando ésta no existe origina la manipulación, también es momento de hacer conciencia de que son los Diputados Federales quienes autorizan y distribuyen los ingresos, en 2018 se renovará la Cámara, seamos más críticos y exigentes para otorgar nuestro voto. Y mi mayor deseo es que la solidaridad y la hermandad que hemos demostrado que tenemos sobrepasen los fenómenos naturales y recordemos que existen millones de mexicanos que día a día viven su propia tragedia la que los indicadores llaman: pobreza extrema.