Para que la cuña aprieta, debe ser del mismo palo…normalmente así sucede, pero para que ello pase es necesario que la cuña sea la más acertada para poder revertir el problema o cambiar un suceso; eso es lo que actualmente está pasando con los famosos huachicoleros, quienes por décadas han ordeñado de forma maravillosa los oleoductos que llevan el preciado líquido para poder cubrir muchas de nuestras necesidades de hoy en día.
El gobierno no había actuado con fuerza y tenacidad, ni siquiera los legisladores, quien después de una década, aún no se ponen de acuerdo en las sanciones adecuadas para quienes lleven tal práctica en detrimento de nuestros bolsillos, y es que el problema ha dejado una derrama de ganancias ilícitas por arriba de los 15 a 20 mddp al año para los ejecutantes de tal robo ¡Sorprendente!
Pero quienes se dedican a esta práctica, son aquéllos que tienen una capacidad de mantener una infraestructura tal, que les permite mantenerse en el mercado ilegal y ganar a nuestras costillas, seguramente hay autoridades coludidas que han sabido hacer un negocio jugoso; el problema es que de repente, el gobierno quiere contrarrestar la fuerza de esta organización ¿Por qué?
Sencillo, apliquemos la famosa Navaja de Ockham, donde la disertación más sencilla suele ser la más acertada: en vista de que PEMEX ya se abrió a la libre inversión, es seguro que quien vaya a negociar no desea un robo descarado de lo que le tocará por derecho, así que, o se pone las pilas el gobierno o las inversiones volarán o los negocios no podrán ser tan espléndidos como esperan los buitres de indumentaria política.
Al final, el pueblo paga los aumentos sean por la razón que fueren.