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La crisis es de humanidad

Hace escasas tres semanas el mundo se recriminaba a sí mismo por estar viviendo la peor crisis humanitaria después de la Segunda Guerra. La ONU se refería a la necesidad de atender con dignidad a los millones de desplazados forzados que deambulan por el planeta. Indudablemente que es una tragedia, pero me parece que la crisis verdadera que padecemos es de humanidad.

La muestra del momento se llama Orlando, Florida; solo una de tantas. Nos llegan por oleadas. Homofobia, racismo y discriminación cultural en el caso de la masacre en el bar gay: para sacudirse la responsabilidad de responder frente a la descomposición social, de inmediato los justificantes norteamericanos se lanzan a buscar el hilo que ate a la locura con el fanatismo musulmán.

¿Y Christina Grimmie? La joven y portentosa cantante cayó víctima de varios disparos, en pleno concierto, el mismo día y en la misma ciudad, a manos de un güerito, armado hasta los dientes, que no tiene nada que ver con las creencias del Medio Oriente. Crímenes de odio y por obsesiones. Tan iguales, por absurdos, unos y otro.

El neoliberalismo gano la batalla de la economía moderna, concentro la abultada riqueza en muy pocas manos y de paso nos partió el eje de la moral. Nos robo la ética y el humanismo, empezando por quitar las asignaturas de humanidades en los programas educativos de las escuelas. Con ellos refundió la transmisión de los valores a los linderos de los hogares, de las familias y de las religiones. Pero luego, cuando de confrontar creencias se trata… su propaganda histérica se pone a justificar la guerra. Y como las guerras hoy no son frontales sino traicioneras, ahí están las consecuencias. El círculo de la demencia. 

Publicado por
Redacción Quintana Roo