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La colaboración constructiva: base del desarrollo del liderazgo

En el estado natural del ser humano hallamos tres causas principales de discordia: la primera es la competencia que origina inclinación al ataque para el logro de los objetivos; la segunda es la desconfianza generada por la búsqueda de la seguridad y; la tercera es la gloria, aspiración que fundamenta la permanente construcción de una reputación y el reconocimiento. El efecto es que, en la búsqueda del desarrollo individual en un estado de libertades, obligaciones y de competencia permanente, las personas muchas veces olvidamos nuestra naturaleza social colaborativa para el logro de fines comunes o generadores de mejores oportunidades para los miembros de una sociedad.
A lo largo de nuestras etapas de vida somos testigos de lo importante que es la colaboración: un matrimonio se ayuda para sacar adelante a la familia, en las escuelas es necesario el apoyo cooperativo entre autoridades, docentes y padres para mejores resultados; en las instituciones o las empresas es vital la articulación correcta entre directivos, equipos de trabajo, creativos, financieros, recursos humanos, y toda la cadena de integrantes de un sistema organizacional para el buen funcionamiento de una estructura. Estos ejemplos aplican para un nivel interior de colaboración, pero también existen escenarios mucho más complejos como cuando se construyen alianzas estratégicas entre compañías, partidos políticos, gobiernos, esquemas de cooperación multilateral entre Estados nacionales para temas específicos como el comercio, la seguridad, la migración, el combate al terrorismo o al crimen organizado, erradicación de la pobreza; el cuidado del medio ambiente, la preservación de la salud, el turismo, entre muchos otros.
De acuerdo con investigaciones de académicos la Kellogg School of Management, existen diferentes esquemas para potencializar la colaboración en el mundo de los negocios y en las organizaciones como: el trabajo distributivo en equipos, equipos multifuncionales por incentivos, colaboración organizacional, colaboración a través de una estrategia de acuerdo a la estructura de las instituciones y al comportamiento de sus integrantes; colaboración para la innovación; y colaboración mediante el manejo de la nitidez de la comunicación y el manejo del estrés. Para cada uno de estos esquemas es posible hacer un traje a la medida con estrategias y acciones que sincronicen los recursos humanos para que con la fuerza de sus talentos al máximo generen mejores productos y dividendos.
La colaboración es una de las principales competencias que debe tener un líder ya que involucra diferentes niveles de interacción como en individuos, equipos, intra e interorganizacionales por ello siempre será importante mejorar estas habilidades ya que en cada nivel existen múltiples actores, intereses, objetivos, perspectivas, cultura y sinergias positivas o negativas (vicios). En este sentido es imperativo para un líder considerar aspectos como: 1. No asumir que la información es equitativamente compartida ya que eso puede generar desventajas en un equipo o desviar en el rumbo deseado. 2. Usar información válida y legítima para demostrar los hechos por los cuáles el equipo debe mantenerse cohesionado para mantener el fin común. 3. Verificar el lenguaje utilizado, muchas veces se piensa una cosa y se dice otra, en consecuencia, el resultado es diferente al que la mente registró. El lenguaje debe ser pertinente para cada escenario y de acuerdo al perfil de los integrantes de un equipo. 4. Un líder debe abstenerse de demostrar las preferencias personales porque eso puede limitar la capacidad de creatividad de un equipo al querer ir con las ideas del jefe. 5. Atacar el problema, no a la gente sobre todo en los momentos de mayor tensión en donde se requiere un mayor compromiso de todos. 6. Resumir la información siempre y consultar si todos están en el mismo entendimiento para que el barco siempre tenga una tripulación segura de sus tareas.

Publicado por
Redacción Quintana Roo