“Ahí queda eso” dijo Andrés Manuel al culminar el párrafo del discurso en el que le propone a Peña Nieto que encabece un gobierno de transición en el último tercio de su período. La respuesta tangencial llegó desde Canadá con una frase muy genérica donde el Presidente dijo: “la ley no se negocia”. Veremos si con eso da por cerrado el tema, pero… ¿Qué está pensando Peña Nieto para el país en esta etapa complicada? ¿Lo está pensando?
El periodista Ciro Gómez afirma que el mandatario se encuentra en su mejor momento: “El Peña Nieto del viernes 24 de junio nada tenía que ver con aquel personaje de visión monocromática de hace no tanto. Hoy tiene la óptica multicolor de la incertidumbre, los riesgos y los desafíos. Entre bromas y risas, parece todo, menos un alma simple con poder.”
Por el contrario, Raymundo Riva Palacio asegura que está atrapado en la cerrada burbuja de consejeros que lo controla y lo mantiene ausente de la realidad: “En Los Pinos, Peña Nieto ha estado muy lejos de todos salvo de un pequeño grupo que lo tiene cercado, que le administra por goteo los contactos con el mundo exterior a su burbuja.” … “le gusta comenzar tarde y tener acuerdos a media noche.
En esos inusuales horarios, quien lo ve al final suele cambiarle lo que horas antes pensaba o había decidido.” Manipulable, pues.
La burbuja no es transparente ni permeable, es de acero. Cubre a los gobernantes comodinos que necesitan de la intermediación de quienes la forman para sentirse protegidos y para hacer más soportable la responsabilidad.
La burbuja es impenetrable y con el tiempo tiende a estrecharse. La burbuja juega sus propios intereses. Si Peña quisiera escuchar lo que están diciendo millones en las urnas y en las calles “no tiene otra opción que dejar de ser mejor amigo de sus amigos, porque sus amigos no son mejores amigos que él.”