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La austeridad que viene

La revelación sobre la situación financiera que guarda Quintana Roo, exhibida ayer por el coordinador del equipo de transición de Carlos Joaquín, Francisco López Mena, en base a la información que le han ido proporcionando las dependencias estatales de la feneciente administración borgista, dibuja un escenario preocupante para el estado.

De acuerdo a declaraciones de López Mena en conferencia de prensa a la que convocó un día después de que Carlos Joaquín se reuniera con el gobernador saliente Roberto Borge –quien definió el encuentro como “cordial y productivo”– para darle seguimiento al proceso de transición, el gobierno entrante asumirá un estado quebrado financieramente y con muy escasas posibilidades de fortalecerse con recursos adicionales pues, además, lo dejan con mala calificación crediticia.

Con lo poco que ha obtenido, el equipo de transición encontró una punta de la enmarañada madeja que al jalarla empezaron a salir diversas irregularidades que, anticipándose a los problemas que vienen, decidieron hacer públicas para focalizar a los presuntos responsables.

En cuanto a las finanzas, la conclusión es que el gobierno que se va incurrió en el más común de los errores: gastar más de lo que se gana. El déficit de operación (la diferencia entre egresos e ingresos) detectado es de 2 mil 700 millones de pesos, descubriéndose también que recursos que debieron destinarse a la inversión de proyectos productivos, se ejercieron en el gasto corriente.

Dejando una deuda pública superior a los 22 mil millones de pesos, la administración actual, señaló López Mena, afectó de tal manera la calificación crediticia de Quintana Roo que resultará muy difícil que se obtengan recursos adicionales para estabilizar de entrada el barco que ya hace agua por todos lados.

“Hay un endeudamiento excesivo, que coloca en desventaja al gobierno entrante para la búsqueda de fuentes de financiamiento públicas y privadas”, dijo el operador joaquinista, quien adelantó que entre las primeras acciones a seguir será la de definir un estricto programa de austeridad gubernamental.

A nivel administrativo, la situación no está mejor. Con funcionarios enrocados una y otra vez en las dependencias, hay algunas cuyos titulares, por haber sido nombrados hace poco tiempo, desconocen por completo la situación que éstas guardan. Ellos simplemente, aceptaron el cargo para “pellizcarle” algo al presupuesto los últimos meses que quedaban.

Las revisiones y auditorías tan anunciadas por Carlos Joaquín, puntualizó el coordinador de la transición, se ejercerán con apego a la Ley.

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Un día antes, el aún gobernador Borge dijo, tras la reunión con su sucesor que había importantes avances en la entrega-recepción y que ambos acordaron, en esa charla, continuar la “relación armónica que ha caracterizado al proceso”.

Sin embargo, ayer Francisco López Mena tocó en tono distinto la melodía. Se ve, entonces, cómo viene de “armoniosa” la cosa.

Publicado por
Redacción Quintana Roo