Recientemente se realizó el primer conversatorio sobre administración pública convocado por el Instituto de Administración Pública del Estado de Quintana Roo en el que tuve la oportunidad de participar como ponente. Un ejercicio reflexivo muy interesante que reunió ideas desde la perspectiva del mundo periodístico, la academia, la sociedad civil y el sector empresarial sobre cómo debe ser y transformarse esta dimensión fundamental de nuestra sociedad: la atención de la cosa pública, de todo aquello que nos interesa y afecta a los ciudadanos. Esta iniciativa se enmarcó en las conmemoraciones que se realizan a nivel mundial en la materia por la ONU y como parte del proceso de modernización impulsada por el Gobernador del Estado, C.P. Carlos Joaquín González.
Se considera que, en primera instancia, que la administración pública (como disciplina) existe en un entorno de contextos de cambio social permanente que hacen que el ciudadano participe y se involucre en los temas públicos, al mismo tiempo que las instituciones democratizan; a ello se suman la constante evolución tecnológica, la comunicación y globalización que replantean formas, métodos y alcances de la gestión; así como una gran diversidad en temas de atención; lo que implica que el trabajo del servicio público deba ser transversal, multidisciplinario, transparente, ético, pertinente y justo. La administración pública debe reconocer los rezagos que enfrentamos a la vez de sentar bases estructurales para atender los temas que el futuro inmediato trae. Es importante identificar muy bien esa dualidad.
La administración pública, en este contexto, desde la perspectiva periodística, debe considerar que la conexión de los gobiernos con el ciudadano es fundamental para los temas que son de interés público, así como estratégico por su vinculación al desarrollo, la gobernabilidad y el futuro. El vínculo entre medios y gobiernos nunca debe perderse porque ambos son corresponsables socialmente. Desde la sociedad civil se le requiere a las administraciones de lo público, honestidad, eficacia, simplificación y capacidad de diálogo. Desde el sector empresarial se considera que la administración debe tener cercanía, debiendo ser facilitador del desarrollo económico y de la empresa porque una nación es tan fuerte como lo es su sector privado y su capital humano. Desde la academia se tiene muy claro que las universidades deben formar profesionistas no sólo para administrar lo público sino para transformar positivamente a la sociedad.
Felicidades al Instituto de Administración Pública de Quintana Roo, por propiciar estos diálogos que nutren la perspectiva de los servidores públicos y la labor importante y delicada entre sus manos, incorporando las diferentes visiones de la ciudadanía en la construcción de un servicio público a la altura de los retos de la sociedad.
(Ángel Rivero Palomo)